La Copa ha muerto... ¡Viva la Euroliga! El Unicaja recibe esta noche en el Carpena al Anadolu Efes de Jayson Granger, en el regreso de los verdes a la competición tras el aciago desenlace vivido el fin de semana pasado con su eliminación en la búsqueda de un billete para la cita del k.o del próximo febrero en A Coruña.

El calendario pone hoy al Unicaja delante de una finalísima europea, ante un rival directo en la lucha por alcanzar dentro de casi tres meses los cuartos de final de la máxima competición continental. Sí, han leído bien: una finalísima. Y es que ganar hoy no sería pasaporte a nada, pero sumar ante los turcos sí es cierto que colocaría al equipo en una posición idílica, sobre todo pensando que la próxima semana toca otra vez partido en casa, ante el Lokomotiv Kuban ruso, otro de los «presuntos» rivales directos del Unicaja en esta segunda fase continental.

Hay muchas preguntas en el aire ante la cita contra los de Estambul. La más importante es: ¿cómo estará el equipo después del fiasco del domingo? Las sensaciones de los últimos entrenamientos son buenas. Al menos eso es lo que se dice de puertas para afuera. Los jugadores son conscientes de la situación que han vivido y este partido contra el Efes lo encaran como una magnífica oportunidad para rearmarse de moral. Ojalá esas ganas de que el balón esté en juego se vean también sobre el parqué.

La otra gran pregunta es: ¿cómo reaccionará el Carpena ante lo ocurrido el domingo? Sinceramente, no sé qué hará la mayoría de la «marea verde» esta noche, pero sí sé que todo lo que no sea ir al Palacio a animar y apoyar a los suyos no tendría razón de ser. No estar en la Copa ha sido un golpe duro para todos, pero ahora hay otros retos por delante que están al alcance de la mano. Hoy, por ejemplo, hay una gran oportunidad de dar un golpe encima de la mesa en Europa y seguir avanzando hacia el Top 8. Pero el equipo solo no va a poder hacerlo, necesita a su gente. Todo el mundo sabe que cuando el Carpena aprieta es casi imposible salir «vivo» para el rival. La grada debe dar un paso al frente, acudir en masa al coliseo verde y ser ese factor diferencial que es en el Pionir para el Estrella Roja, en Bamberg para el Brose o ha sido tantas y tantas veces el propio Carpena para su Unicaja. Es hora de arrimar el hombro, no de protestar. Para eso siempre hay tiempo.

El partido que hay hoy por delante, desde luego, es para no perdérselo. Imposible tener más alicientes. Entre ellos, uno muy sentimental, con la vuelta de Jayson Granger a su «casa». ¡Qué diferente sería todo este curso si el uruguayo vistiera la verde y morada! Cientos de miles de euros lo «apartaron» el verano pasado de Málaga para llevárselo a Estambul y hoy regresa por primera vez al Palacio.

Granger es su cara más «amiga», pero el resto del equipo otomano es para verlo y asustarse. En esa pasarela de estrellas que es la Euroliga, hoy nos toca disfrutar y/o sufrir de uno de los mejores jugadores de toda la competición: Derrick Brown. Un jugador que muchos piensan que tiene talento para jugar en la mismísima NBA, aunque haya dado el salto a Europa... de momento.

Brown y Granger son solo dos balas de la tremenda munición que Dusan Ivkovic tiene en su banquillo: Saric, Osman, Heurtel, Tyus, Diebler... Una pasada y una amenaza para los verdes, obligados seguro a jugar un partidazo para sumar ante los turcos cerveceros.

Plaza cuenta con sus doce habituales de las últimas semanas. O sea, que excepto Stefan Markovic, todos estarán en disposición de echar el resto para cambiar la suerte. La verdad es que si el Unicaja repite sensaciones respecto al partido ante el Real Madrid, habrá opciones muy serias de ganar al Efes.

Ojito con el horario. El partido hoy es a las 20.00 horas. 45 minutos antes de lo habitual. La televisión decide y la hora es la que es. Que no sirva de excusa a nadie para quedarse en casa. El Unicaja es un sentimiento, por encima de los resultados. Toca ganar y volver a creer.