­Sólo tenía 18 años, jugaba en el Unicaja de Primera B, estaba en edad júnior y, antes de dar el salto al primer equipo, sufrió una roturo de ligamentos del tobillo.

También sufrió la lesión de Jamar Smith, ¿cómo se la hizo?

De la manera más tonta, en un entrenamiento, tras un partido en Loja. Realicé un movimiento, frené en seco y el pie se movió dentro de la zapatilla y me rompí los ligamentos del tobillo. Era la temporada 1990/91. Mi entrenador era Ramón García, con el equipo de Primera B. Yo era júnior.

¿Se dio cuenta que era algo grave rápidamente?

En el momento no, pero luego te viene un dolor insoportable, se me puso el tobillo como una bota. Recuerdo que me vi la planta del pie cuando el médico estaba manipulando el tobillo para ver qué tenía. Tuvieron que operarme, me cosieron los ligamentos y estuve sin jugar más de dos meses.

A Smith se le ha diagnosticado de dos a tres meses.

Una cosa es recuperarte de la lesión y otra es tener movilidad y poder jugar. Lo bueno es que ahora el tobillo se queda incluso más estable. Dentro de lo bueno, ésta es una lesión grave, pero no te deja secuelas. Yo me la hice con 18 años y luego no tuve jamás en ese tobillo ningún problema. Siempre tienes la precaución de vendarlo y eso. Y cuando cambia el tiempo te molesta.

Un problema para el equipo...

Las recuperaciones ahora son más rápidas, todo va más rápido. Su ausencia es dura pero implicará que haya más minutos y Nedovic jugará como dos, aunque su baja, tal y como está el equipo, será importante. A Markovic aún le queda para volver. Aunque el equipo, al pasar esto, se une más. Una desgracia suele servir para que el grupo dé un pasito adelante.