­El parqué deja muy claro, vistos los últimos partidos del Unicaja, que la enfermedad del equipo verde es muy grave. Y los números confirman cualquier resquicio de duda. Hablan a las claras del tremendo revés que está suponiendo el curso, inesperado y doloroso a partes iguales.

El Unicaja disputó en la pista del Darussafaka turco su partido 40 en lo que va de temporada y, tras perder, de nuevo de forma estrepitosa, encajó su vigésima derrota del curso. Acumula, de esta forma, las mismas victorias (20) que tropiezos (20). Es decir, por cada partido que el Unicaja gana luego pierde el siguiente. Un dato que da a entender la magnitud de la tragedia que vive el Unicaja de Joan Plaza en estos duros momentos.

El equipo ya ha diputado 40 encuentros: 20 de Liga Endesa, 18 en la Euroliga y dos más de Supercopa. Lamentablemente, su lastimoso caminar liguero le privó de jugar la Copa del Rey, el pasado fin de semana en A Coruña. De esos 40 partidos sólo ha sido capaz de sacar adelante el 50% de los envites, contando en su casillero con el mismo número de victorias que de derrotas. Curiosamente, y aunque al comienzo de curso había una gran diferencia entre la ACB y la Euroliga, al final los dos torneos se han igualado.

En la competición nacional, los cajistas han ganado 10 partidos y han perdido otros tantos. En casa, el Unicaja ha encajado dos derrotas, mientras que a domicilio sólo ha sido capaz de ganar tres partidos, uno de los talones de Aquiles de este grupo, que baja su rendimiento cuando sale de Málaga.

En la Euroliga, tras una gran Fase Regular (7-3), el Top 16 ha puesto al Unicaja en su sitio, por lo que ya se ha igualado el registro: nueve éxitos y nueve tropiezos. Los malagueños han ganado seis encuentros en el Carpena y tres «en la carretera», como le gusta llamar a Joan Plaza. Las cinco derrotas consecutivas en el Top 16 pesan como una losa, con sólo dos triunfos en ocho jornadas.

En la Supercopa se calca el modus operandi de este Unicaja, ya que en el torneo disputado en Málaga barrió de las semifinales al Real Madrid y luego cayó sin competir apenas con el FC Barcelona. Y ése es uno de los grandes problemas de este equipo. Cuando vienen mal dadas, el plantel verde baja los brazos y encaja parciales sonrojantes que un grupo tan profesional como éste no puede ni tolerar ni permitir. Pero la realidad es otra bien distinta.

En el global, de los 20 triunfos en 40 choques, el Unicaja ha logrado 14 en casa y sólo seis fuera. O, lo que es lo mismo, «en la carretera» sólo ha podido salir victorioso en seis de esos envites, un pobre 30% de éxito. Impropio también para un equipo con las aspiraciones iniciales de éste.

Las cifras totales tampoco son demasiado halagüeñas. El ataque del Unicaja es realmente flojo. Los malagueños sólo anotan 75 puntos por partido y, por contra, encajan 74,2. O sea que la diferencia a su favor no llega ni a un solo punto. Otro dato que da a entender las carencias y la mala dinámica de este grupo, plagado de lesiones de hombres clave.

Los números son los que son y hablan a las claras de la increíble fragilidad de este grupo, incapaz de sumar una buena racha, que se cae al más mínimo arreón del rival y que va de mal en peor. La ausencia de la Copa del Rey, tras lo visto en Estambul el jueves, no ha servido para reflexionar ni para mejorar. Plaza le dio tres días y medio de descanso a su plantilla la pasada semana: lunes y martes, el sábado por la tarde y el domingo.

La idea era desconectar, recargar energías y trabajar duro (cuando hubo entrenamientos) para reconducir la situación. Pero ante el Darussafaka se vio más de lo mismo, y eso que reapareció Richard Hendrix. La recuperación de Stefan Markovic, como informó ayer La Opinión, aún requerirá entre dos o tres semanas más. Y sube a dos meses para Smith. Los que están, que no son pocos, deben sacar la situación adelante.