El calendario, a pesar de que el Unicaja sólo había conseguido dos victorias en el Top 16 en la primera vuelta, era propicio. Se trataba de ganar en la pista del Darussafaka y luego tratar de vencer y ganar el average ante el Panathinaikos. Después, salir airosos de la visita al Cedevita en Zagreb y vencer en el Carpena al Estrella Roja. Era difícil, pero posible para el Unicaja que vimos durante la primera fase de la Euroliga. Se podía incluso permitir la licencia de caer en Estambul ante el Efes y en Krasnodar, siempre que ganara en la última jornada a un Fenerbhace que, presumiblemente, llegaría como campeón. Pero ese cuento de la lechera ya no existe. El Unicaja ha transformado la ilusión del Top 16 en un verdadero purgatorio que va a durar un mes y medio. Viajes y más viajes para jugar partidos que no servirán absolutamente de nada. Los verdes se entrenaron ayer, nada más llegar de Estambul, para preparar el choque ante el UCAM Murcia.