El Unicaja firmó esta noche otro partido esperpéntico, sumó su sexta derrota europea consecutiva y desesperó a un Martín Carpena que repartió pitos para casi todos. Los verdes se rindieron desde el mismo salto inicial, perdían ya por 19 al final del primer cuarto y nunca creyeron en una remontada que habría dado algo de vida al equipo en la lucha por encontrar un hueco en el play off de cuartos de final.

Suspenso general para una plantilla que demostró no tener ningún espíritu, que está superada por los acontecimientos y que pide a gritos el final de la temporada. El próximo domingo, visita al Palau Blaugrana. Parece imposible pensar en otra cosa que no sea otra catástrofe.

RESUMEN CUARTO A CUARTO.

Primer cuarto. Muy poco ambiente en el Carpena para arrancar el partido. Ni 4.000 espectadores en las gradas. Plaza coloca en el cinco inicial a sus dos jugadores más señalados: Jackson y Hendrix. El Pao marca distancias desde el inicio, 2-8, tras cuatro minutos de juego. Plaza para el partido con un tiempo muerto con el marcador 4-12. Hay demasiada apatía y desidia. Pitos para Edwin Jackson en la primera rotación verde. La dinámica del partido es muy peligrosa, con los verdes 16 abajo tras 7 minutos y medio jugados y con el Carpena muy enfadado con los suyos (4-20). Plaza intenta cambiar la dinámica con una zona... y triple de Haynes para el 7-26 con el que se cierra el primer cuarto.

Segundo cuarto. Parcial de 5-0 para el Unicaja en el arranque. Kuzminskas intenta asumir más responsabildad Cuatro puntos seguidos del lituano "obligan" a Djordjevic a parar el partido con un tiempo muerto (14-28), a 7.44 del descanso. El Unicaja juega sus mejores minutos con Cooley y Suárez en la pintura, Nelson en la dirección y un Kuzminskas muy acertado (21-32). La imagen del Unicaja mejora, pero no lo suficiente como para asustar a un Pao que entra en los 3 últimos minutos de la primera parte con un cómodo 23-36 a favor. La diferencia al final se incrementa al descanso a 15, 27-42. Kuzminskas, con 12 puntos, es el máximo anotador al intermedio del Unicaja y del partido.

Tercer cuarto.El inicio del segundo tiempo es descorazonador. El Panathinaikos le endosa al Unicaja un 0-8 y se va de 23, la máxima del partido, 27-50. No hay defensa ni ideas en ataque ni ningún síntoma de algo que pueda hacer pensar en nada positivo ni a corto ni a medio plazo. El equipo es un desastre desde el primero al último jugador. Kuzminskas es el único que ve algo de aro dentro de la imagen dantesca de un equipo desquiciado y superado. El run-run en el Carpena ya es continuo, aumentado por la ausencia de la banda de música que habitualmente anima los partidos desde uno de los fondos del Palacio. La diferencia se instala en torno a los 20 puntos a favor del equipo del trébol. El partido es un suplicio para el equipo, para el banquillo, para la grada y para el palco. El marcador señala en el minuto 30 un 46-64. El partido está decidido. Por delante quedan 10 minutos de más sufrimiento. Una verdadera pena.

Último cuarto. Los últimos diez minutos son un auténtico suplicio para los de Plaza, fuera de partido, con los brazos bajados y a merced de un Pao que jamás soñó cuando arrancó el Top 16 con tener un partido así de plácido en la otrora inexpugnable pista del Martín Carpena. Solo la garra de Cooley y el pundonor de Alberto Díaz impiden que la sangría vaya a más. El Carpena empieza a desalojarse con 4.49 por jugarse y un sangrante 51-72. El correcalles final solo sirve para deleitarse con los últimos minutos en Málaga de Dimitris Diamantidis, uno de los mejores jugadores del baloncesto FIBA en las dos últimas décadas, que se retirará al final de la presente campaña. El resultado final, 58-76.