­Después de la batería de nombres, desde Estados Unidos a China, el fichaje sorprendió a todos. Lo adelantaba La Opinión de Málaga y el lunes lo confirmaba tanto su agente, Mizsko Raznatovic, como el propio Unicaja: Kenneth Hayes es el elegido para reforzar el perímetro malagueño. Un escolta pequeño, menudo y un tanto desconocido, que viene del Astana, equipo más conocido por el fichaje de Nik Caner-Medley que por sus resultados en Europa o en la VTB.

Kenny Hayes es un combo que cumple ya su quinta temporada en el baloncesto europeo, tras su paso por Israel e Italia. En Israel vivió su primera experiencia, donde firmó por el Hapoel Gilboa. Su primer año no fue demasiado destacado, jugando de base y promediando, en 28 minutos, 8.9 puntos y 3.5 asistencias. De allí pasó al Maccabi Ashdod, donde sí que dio muestras de su talento: 14.8 puntos y 3.4 asistencias, realizando una temporada muy interesante. Hayes dejó muestras de su talento ante rivales de entidad como el Maccabi, a quien anotó 17 puntos y repartió 5 asistencias. Partidos como ése le abrieron la puertas de la LEGA.

En Italia, Hayes mostró su mejor arma: su capacidad anotadora, la misma que le había hecho dar el salto a Europa. Sus 15.4 puntos lo avalaron, con actuaciones muy destacadas como ante el Dolomiti Trento o el Sidigas Avellino, a los que anotó 34 puntos. Fue el pasado verano cuando el Astana quiso contar con Hayes, a caballo entre las posiciones de base y escolta, para suplir a J’Covan Brown, una dura papeleta.

La temporada de Hayes ha sido destacable a nivel individual. Sus promedios, de 17.1 puntos y 4.2 asistencias, acompañados de grandes porcentajes (54.4% en T2 y 40% en triples) han diferido con los resultados del Astana, que no ocupa la última plaza de la tabla gracias a que el Vita Tbilisi, equipo de Georgia, cuenta con una plantilla con jugadores casi de categoría junior. Los números, a priori, no son demasiado esperanzadores, teniendo en cuenta que todo ello lo hace en treinta minutos de promedio, pero el juego de Hayes sí que acompaña al optimismo.

Rápido, ágil y, sobre todo, físico, a pesar de su aspecto liviano. Cuenta con potencia en el tren inferior, con buena capacidad de salto y con un buen primer paso, que permite romper a su par sin mucha dificultad. Además, es rápido a la hora de armar el brazo y capaz de lanzar al recibir, lo que lo hace un jugador difícil de defender. A todo ello se le suma una buena lectura de línea de pase.

Su principal defecto es, precisamente, su físico. No llega al metro noventa (su talla en VTB es de 1.88, en otras ligas daban 1.85) y su peso, por debajo de los 80 kilos, lo hacen tener problemas ante escoltas más físicos. Este mismo año, sin ir más lejos, ha sufrido al defender a Joshua Bostic, escolta del VEF Riga, de 1.96 y 103 kilos, y a uno de los nombres más interesantes de la VTB, Anthony Hilliard, al que se enfrentó en el último partido que Hayes ha disputado en la liga del este de Europa. En dicho enfrentamiento, Kenny Hayes aportó 24 puntos y 8 asistencias para 30 de valoración pero su parte, Hilliard, se marchó con 21 puntos y 5 rebotes.

El Astana ha sido una caricatura, un equipo anárquico, con demasiados problemas en el juego y sin las ideas claras. Un ambiente poco adecuado para valorar a un jugador, que se ha visto engullido por la situación y que ha tenido que ir jornada a jornada en busca de su lucimiento personal.

Ese aspecto recuerda a la llegada de Louis Bullock a Málaga, un jugador que llegaba con un perfil parecido al de Hayes: escolta que no llegaba al metro noventa, de poco peso, pero con una capacidad ofensiva que se echa de menos. Bullock promediaba 24.9 puntos en 34 minutos, aunque sin llegar a las 4 asistencias de Hayes, cuando firmó por Unicaja. En Málaga, pasó a ser uno de los más queridos por la afición, siendo ovacionado cada vez que volvió a pisar el Carpena.

Ahora, Hayes llega para cambiar la situación del equipo que dirige Joan Plaza, necesitados de victorias. Un escaparate ideal para que su carrera dé el salto definitivo. La afición quiere que salga bien, aunque la duda se cierna sobre el nuevo fichaje. Es necesario darle tiempo, verle sobre la pista en una liga como la ACB, con esa exigencia. Quien sabe si, más allá de los números, el juego de Hayes se adapta . Quien sabe si, con Kenny Hayes, estamos ante otra suerte de Louis Bullock.