Sorpresa, alivio y tranquilidad porque, por fortuna, no hubo que lamentar ninguna tragedia. La visita del Estrella Roja a Málaga, para medirse al Unicaja, no estuvo bien gestionada. La escasez de cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado en el Carpena quedó patente, con malestar para los abonados del Unicaja, que tuvieron que «mudarse» de sitio y recibieron provocaciones e insultos de los 250 aficionados del equipo de Belgrado. Recordaban en el Unicaja que la pasada temporada un seguidor del Estrella Roja, de sólo 25 años, falleció en Estambul en el preámbulo de un duelo de Euroliga ante el Galatasaray. Los hinchas que vinieron a Málaga crearon un conflicto en un bar de la capital y en la previa camparon a sus anchas por el bar del Carpena. Luego en el interior «tomaron» la Tribuna, ante las caras de pavor de los abonados que se sientan tras el banquillo rival. Fueron realojados hasta dos veces por los escasos agentes y la seguridad del club. No hubo que lamentar desgracias, pero urge mejorar la planificación.