Un auténtico palizón. Eso es lo que espera hoy a la plantilla del Unicaja, que viajará hasta la lejana ciudad rusa de Krasnodar, para jugar mañana un partido intrascendente en la pista del Lokomotiv Kuban. La cita corresponde a la penúltima jornada de un Top 16 continental, que desgraciadamente pasó a la historia en lo competitivo para los verdes hace ya un par de semanas.

La verdad es que el partido es una auténtica tortura, se mire por donde se mire. La expedición costasoleña invertirá hoy nueve horas y cuarto en llegar a su destino, tras hacer escala en Moscú. El Unicaja tiene previsto aterrizar en el aeropuerto de Krasnodar a las 1.25 de la próxima madrugada (una hora más en Rusia), solo 16 horas y media antes de que arranque el partido, a las 18 horas de mañana, jueves.

Después de un Top 16 decepcionante, la visita al Lokomotiv parece más un castigo que otra cosa para un equipo centrado ya exclusivamente en sus partidos de Liga de cada fin de semana, el próximo, ante el FIATC Joventut, este próximo domingo, en el Martín Carpena.

El club de Los Guindos tenía previsto fletar un chárter para este viaje tan lejano, pero tras quedar sin opciones matemáticas de acceder a cuartos de final, el Unicaja declinó esta posibilidad por su elevado coste (en torno a 90.000 euros) y porque al ser el partido el jueves hay margen de recuperación suficiente hasta la tarde del domingo.

Así, el desplazamiento de los cajistas arrancará hoy en el aeropuerto Pablo Ruiz Picasso a las cuatro menos cuarto de la tarde. Allí se subirán a un avión que les llevará hasta Moscú, con la previsión de aterrizar en la antigua capital soviética a las 21 horas (una hora más en tierras rusas). Tras casi dos horas y media de espera, el Unicaja se montará en otro avión a las 23.25 horas que le llevará a su ciudad de destino, en la que aterrizará dos horas después, a la 1.25 de la madrugada (2.25 horas en Krasnodar).

El Unicaja jugará mañana por la tarde (18 horas) en esta localidad rusa cercana al Mar Negro, por primera vez en su historia. Nada menos que a 3.722 kilómetros de Málaga. Allí le espera un Lokomotiv de Víctor Claver, que sí ha hecho los deberes y que ya tiene su pase asegurado al play off previo a la Final Four del próximo mes de mayo en Berlín.

La expedición verde permanecerá en su localidad de destino solo 26 horas, en las que tendrá que pasar la madrugada del miércoles al jueves, todo el día de mañana (con entrenamiento a las 11 de la mañana y partido a las 18 horas) y la madrugada del viernes, hasta que a las 6.15 horas de la mañana, el equipo emprenda el viaje de regreso a Málaga, de nuevo vía Moscú.

Después de más de 20 temporadas jugando competición internacional -entre Copa Korac y Euroliga-, después de tener al otro lado de la pista a más de 60 rivales diferentes y después de haber visitado 17 países distintos, al Unicaja le toca esta semana uno de sus partidos oficiales más lejos de Málaga y su Martín Carpena.

El viaje más largo que ha efectuado el Unicaja en toda su trayectoria continental fue hace ahora un año a otra localidad rusa, Nizhni Novgorod, también en choque correspondiente al Top 16 continental. En ese caso fueron 4.178 los kilómetros, la distancia que hay entre esta ciudad rusa y la de la Costa del Sol.

Dejando a un lado estos viajes a la extinta Unión Soviética, el duelo más lejano que ha jugado hasta ahora el equipo es en Holon (Israel), ante el Hapoel, en Copa Korac. En aquella ocasión, el Unicaja tuvo que hacer 3.615 kilómetros para llegar a esta ciudad israelí.

Ahora, el Unicaja viajará de punta a punta de Europa y con la obligación de hacer escala en Moscú, por lo que el desplazamiento total, ida y vuelta, será de 9.946 kilómetros entre Málaga-Moscú-Krasnodar-Moscú-Málaga.

El equipo se prepara para su último desplazamiento en la Euroliga de esta temporada y sin saber cuándo volverá a jugar la máxima competición del baloncesto continental. Krasnodar espera a los verdes.