La lesión el pasado 20 de diciembre de Stefan Markovic ha significado un antes y un después en la temporada cajista. El Unicaja se lanzó aquel mismo día al mercado con muy poco tiempo de margen para buscar un sustituto del base serbio, presionado por el cierre del plazo para poder fichar jugadores de cara al Top 16 continental. Entre los muchos nombres que esos días sonaron en las oficinas de Los Guindos estaba el del base argentino del Lietuvos Rytas lituano, Nicolás Laprovittola, un viejo conocido de los rectores deportivos de la entidad cajista.

Su condición de extracomunitario ­-el equipo contaba ya con Jamar Smith y con Jack Cooley, fichado semanas antes­-, su inexperiencia en la Liga Endesa y en la Euroliga, además de la obligación de pagar una pequeña indemnización al equipo de Vilnius para liberarlo de su contrato con el Lietuvos, aconsejó al club a mirar hacia otro lado, exactamente hacia Monaco, donde jugaba DeMarcus Nelson, tras estudiar alguna otra opción que tampoco fructificó.

Ayer, cosas del destino, el citado Laprovittola se convirtió en el verdugo del Unicaja vistiendo ahora la camiseta del Movistar Estudiantes, equipo que hace unas cuantas semanas lo rescató de las frías tierras bálticas para traerlo a España, justo lo que él quería.

El base internacional argentino rompió él solito la buena racha de victorias ligueras del equipo verde con una actuación sublime, estratosférica: 29 puntos (6/8 en triples), 3 rebotes, 4 asistencia, 5 faltas recibidas y 28 de valoración, en 27:55 minutos sobre la pista.

El internacional albiceleste fue el líder de la reacción de su equipo frente a un Unicaja que jugó un gran primer cuarto, pero que fue de más a menos en el partido. Los verdes, siempre por delante, perdieron su ventaja en el inicio del último periodo y ya no pudieron ni supieron aguantar el arreón final de los colegiales. Y eso que el equipo se encontró con un Kuzminskas estelar, capaz de firmar una tarjeta de matrícula de honor, «prima hermana» de la del base rival: 26 puntos (5/5 en triples), 5 rebotes, 3 asistencias, 5 faltas recibidas y 31 de valoración, en 35:18 minutos de juego. Su mejor partido desde que viste de verde cajista. Lástima que no le valiera al equipo para sumar la quinta victoria seguida en la ACB. Se puede decir que ayer Laprovittola ganó a Kuzminskas.

Plaza y su staff tienen hoy muchas cosas que analizar. Malas y buenas. Recursos tácticos que otros días valieron, ante los de Sergio Valdeolmillos no ayudaron. La defensa zonal del último cuarto, por ejemplo, no fue esta vez una buena decisión. Jugar con dos «pequeños» por dentro, tampoco. También habrá que estudiar por qué le faltó a los jugadores un punto más de intensidad las tres o cuatro veces que se pusieron 10 arriba. En ese momento, a un rival tan necesitado como el «Estu», hay que rematarlo. No lo puedes dejar revivir. Y el equipo verde pecó ayer de falta de ese instinto «asesino», de esa «mala pipa» que hay que tener para cerrar los partidos. Porque si vas 10 ó 11 arriba y no rematas pasa que luego en el cara o cruz final te puede ocurrir lo de ayer: que pierdes.

Tampoco hay que exagerar con la derrota. Perder en el Barclaycard Center frena la escalada verde, es verdad, pero no compromete el objetivo de estar en el play off por el título... por ahora.

Además, hay cosas positivas. Como el impresionante acierto en el tiro exterior. El 52% desde la línea del 6.75 (12/23) es una muy buena noticia de cara al futuro... si se mantienen esos guarismos.

Muy noticiable también fue el cambio en la manera de dirigir de Plaza. El técnico varió su hoja de ruta habitual a la hora de rotar su banquillo. Jugó con solo 9 jugadores -la presencia de Jackson y Díez fue testimonial y Okouo no participó-. «Kuza» jugó 35 minutos y pico y Will Thomas, casi 33. Lo nunca visto, vamos. Con un solo partido a la semana a partir de ahora, el técnico verde puede que apueste por dar más minutos a sus «primeros espadas». Al menos, ayer lo hizo.

Hoy arranca la primera semana sin «Champions» para los verdes. En el horizonte, seis días para preparar la visita al Carpena del MoraBanc Andorra, un rival propicio para volver a sumar en positivo. Ojalá.