­Estaba cantado. Ha sido conocer la noticia de que Ognjen Kuzmic no seguirá en el Panathinaikos y el Unicaja se ha puesto en contacto con su entorno para calibrar qué opciones hay de que el pívot internacional serbio de origen bosnio regrese a la disciplina del Unicaja.

De momento ha sido sólo una primera toma de contacto, pero está claro que es un jugador que siempre está en la órbita verde y que en la entidad de Los Guindos gusta mucho para reforzar el equipo de cara al próximo play off por el título y también para el futuro inmediato.

El Pao, tras su eliminación en los cuartos de final de la Euroliga a manos del Laboral Kutxa, ha planteado una revolución en la que los grandes damnificados han sido el técnico Sasha Djordjevic, el alero Sasha Pavlovic y el propio Kuzmic, que han sido cortados por el campeonísimo heleno.

Llegado el pasado verano a Atenas procedente de la NBA, la hipotética vuelta del excanterano verde a Málaga plantea algunos daños colaterales que el club deberá estudiar a fondo. El primero es que Kuzmic es comunitario, algo que no es problema en sí mismo, a corto plazo, pero que sí hay que tener en cuenta a la hora de hacer un mayor o menor esfuerzo económico por él. Y es que los cuatro «españoles» obligatorios en cada plantilla siempre son apuestas más cotizadas porque hay menos «cupos» donde elegir respecto al más amplio mercado de comunitarios. O sea, que si no viene Kuzmic, habrá decenas de jugadores de su perfil en el mercado, pero si se van Fran Vázquez o Alberto Díaz, la oferta de españoles para incorporar al Unicaja será mucho más limitada.

Aunque el gran problema de su hipotético fichaje sería, desde luego, que su llegada ahora implicaría la salida del equipo de Jack Cooley -y la entrada de Jamar Smith-, algo que no parece razonable ni «políticamente» correcto de cara a la grada. La afición está volcada con Cooley y sacrificarlo en el «12» oficial sería echarse piedras contra su propio tejado.

Cuestiones paralelas al margen, lo cierto es que Kuzmic, de origen bosnio, pero internacional con Serbia, sería una gran incorporación para el Unicaja. De eso hay poca duda. El balcánico, que cumplirá 26 años el próximo mes, es un jugador de presente y de futuro, con pasado en Los Guindos, con margen de mejora y con 2.14 de altura, algo que esta temporada se ha echado en falta en el juego interior, con pivot más bajitos. Sus estadísticas en la presente Euroliga han sido buenas si tenemos en cuenta el ratio números/minutos de juego: 5.1 puntos y 4.1 rebotes en 13:47 minutos por partido.

De consumarse el fichaje, sería el regreso del pívot a la que fue su casa, tras su traspaso en el verano de 2013 a los Golden State Warriors de la NBA, una gestión que dejó en las arcas cajistas 800.000 euros. Una gran operación económica, desde luego, aunque con el lastre deportivo de perder a un jugador que entraba en los planes de Joan Plaza, recién llegado en aquellos meses al banquillo cajista.

Su etapa en la NBA no fue demasiado fructífera. Fichó por Golden State y tras jugar 16 partidos se marchó al equipo de la franquicia en la Liga de Desarrollo, los Santa Cruz Warriors, donde sí es verdad que fue un jugador dominador, con 12,8 puntos, 12 rebotes y 2 tapones de media, proclamándose además campeón de la citada D-League.

El pasado verano, una vez se supo su marcha de los Warriors, el Unicaja le pasó una oferta que el jugador rechazó. ¿Estará su futuro ahora de nuevo en Málaga? ¿A la tercera irá la vencida para Plaza?