Decía Nemanja Nedovic en una amplia entrevista hace una semana que él podía y quería ser ese líder que Joan Plaza anda buscando para este Unicaja. Que se siente con mucha confianza, se ha afianzado en el puesto de «dos» (él dice riendo que actuar en el puesto de base, en los sistemas de Plaza, es muy complicado), y que vuelve a sentirse con energías plenas en el apartado físico. «Nedo» ya sabe lo que hay en Málaga. Que no puede elegir partidos, como ha hecho en buena parte del curso. Que si no minimiza sus errores es carne de banquillo. Y que si no baja el culo en defensa se convierte, automáticamente, en el tercer escolta del equipo. Ha sido un largo aprendizaje para él. Su caché (es el segundo jugador que más cobra en este Unicaja) y su currículum impresionante (compartió vestuario con Curry y compañía hace dos temporadas) nos auguraba otra «cosa». Pero «Nedo» ha necesitado tiempo. Para adaptarse a un nuevo método de trabajo. Tiempo para comprender lo que hay a su alrededor. Y también para hacer comprender a los que le rodean y a los que mandan que él, donde es eficaz, es «liberado» en el puesto de escolta.

El internacional serbio, con 27 puntos en tan sólo 21:17 minutos, destapó el tarro de las esencias para ejercer ese liderazgo que reclamaba hace sólo unos días. Anoche se convirtió en una amenaza constante que desarboló al Manresa. Su primer paso de salida no tuvo rival en el Nuevo Congost. Y aunque su lanzamiento exterior, como el de todo el Unicaja, fue un desastre (3 de 25 en triples, un nefasto 12%), el balcánico fue el que mejor comprendió el partido y llevó al Unicaja a la victoria.

Se trata de un triunfo clave en la lucha por los play off, y es que los resultados de esta jornada han acompañado al cuadro de Joan Plaza, sexto, con 16 triunfos, uno más que Bilbao y Fuenlabrada. El noveno clasificado se queda ya a tres triunfos (Tenerife y Murcia pincharon), a sólo cinco jornadas ya de la conclusión de la Fase Regular. Así que el Unicaja cierra una semana redonda, perfecta, colosal. Con victorias solventes y creíbles, ante Andorra y Manresa, dos equipos humildes, pero que ahora juegan una «Liga» similar a la de los malagueños. Es lo que hay.

Se divirtió el equipo anoche en Manresa durante un buen rato, se subieron al carro jugadores que han estado algo perdidos para la causa, como el propio Nedovic, como Suárez -estupendo cuando Thomas se fue con dos faltas-, como Fran Vázquez. Y es que en pleno éxtasis de Nedovic, las defensas se cerraron sobre el serbio y él encontró un par de pases por encima del aro que el gallego machacó como él sabe, como ha hecho siempre. Pero claro, hay que ponérselas ahí. Una semana perfecta para el equipo malagueño. Para el Unicaja. Para su credibilidad. Para depender de sí mismo para luchar por los play off y para tener un colchón sólido, ahora que llegan al Martín Carpena Herbalife Gran Canaria, Real Madrid y Valencia, con salidas a San Sebastián y Santiago de Compostela, que se están jugando la vida y la salvación en la Liga Endesa.

El Unicaja, ahora sí, parece haber iniciado la transformación completa. Seis victorias en siete encuentros en la ACB atestiguan que algo ha cambiado. Los malagueños fueron muy superiores al Manresa en su ratonera. Y cuando el equipo se olvidó de mover el balón y buscar las mejores opciones supo aguntar el chaparrón del tercer cuarto. Siguió defendiendo a Musli con ayudas y tapándole su salida hacia la izquierda. Sin un solo triple que echarse a la boca, con una ceguera total ante el aro, desconectado del partido, esta vez nadie bajó los brazos ni dejó de defender. Es cierto que ayudó la debilidad del Manresa, poquita cosa ayer. Pero otro Unicaja se hubiese ido al vestuario en el minuto 24, cuando todavía no había anotado un solo punto tras el descanso.

El Unicaja, sin embargo, aguantó con vida. Nedovic le hizo el boca a boca, con un complicado 44-47 (tras haber ido ganando hasta por 11 puntos), y el equipo demostró que hay fondo de armario. Edwin Jackson, inédito hasta el minuto 28, salió y sumó. Hace tiempo, el francés se hubiese dedicado a verse sus zapatillas último modelo, picado por no haber tenido ni un triste minutos hasta entonces. Pero ayer salió a sumar. Rompió el gafe desde el triple y luego anotó una suspensión: 51-59. Cuando más llovía, él trajo un chubasquero. Y todo el mundo se puso bajo su paraguas. Fran, Nelson y Thomas anotaron y pusieron el 51-63. Lo de Thomas está ya a otro nivel. El americano no entró en partido hasta el tercer cuarto, porque hizo dos faltas rápidas, pero a partir de ahí se dedicó a sumar, a sumar y a sumar: 16 rebotes para él.

Lo importante ayer era ganar, porque la jornada se había puesto propicia, con las derrotas de rivales directos, como Fuenlabrada, Tenerife, UCAM Murcia o Andorra. Y se hizo. El equipo ganó por 11 puntos: 64-75. No fue un partido para tirar cohetes, pero brilló la tensión y la actividad defensiva, a lo que se le sumó el tremendo acierto de Nedovic, ese jugador que también quiere ser líder. No ha estado demasiado fino el Unicaja en todo lo que va de Liga. Pero si lo que ocurre en el mes de mayo ilumina el camino malagueño va a ser un rival terrible en el play off. Va a depender del propio Unicaja. De lo que quiera y de lo que aspire a ser. Ha sido mediocre y es tiempo de que sea inspiración. Mayo y el Carpena dictarán sentencia.