­El Unicaja lleva ya un par de meses investigando el mercado, preguntando por jugadores y tratando de resolver temas contractuales de futuro. Una de las prioridades que están apuntadas en la libreta del presidente, Eduardo García, concierne a la renovación de Will Thomas. Es un asunto prioritario para el club. Desde la entidad tienen muy claro que no van a perder la cabeza por ningún jugador, incluido el ala-pívot de Baltimore. Pero a nadie se le escapa que con la continuidad de Mindaugas Kuzminskas tan complicada -por no decir imposible-, hay que centrar los esfuerzos en no volver a mudar de esqueleto, como ha ocurrido esta temporada, algo que ha supuesto uno de los errores de base de la mala planificación de este curso.

Y uno de esos jugadores que deben seguir en Málaga y en el Unicaja es Will Thomas. El ala-pívot es un valor al alza y su cotización ha subido, tras dos años increíbles en el Unicaja. El jugador tiene, además, pasaporte comunitario (Georgia), lo que le abre más puertas. No se ha perdido un solo partido desde que fichó por el club malagueño, su evolución ha sido incansable y, semana a semana, sigue derribando puertas.

Poseedor de dos nominaciones como «Mejor Jugador de la Semana» en la Liga Endesa en esta campaña, Thomas es una «pieza» muy apetecible en el mercado. El Unicaja es muy consciente de ello y el gerente, Ángel Bordes, ya sabe que deberá utilizar toda su sapiencia para tratar de renovar a Will Thomas.

De hecho, las dos partes ya se han citado. En tan sólo 10 días, para el fin de semana del encuentro entre Unicaja y Real Madrid, el agente del jugador, Mario Scotti, tiene previsto desplazarse a Málaga para iniciar conversaciones y escuchar qué tiene que decirle el club.

Hasta la fecha, no han existido negociaciones. Sólo un cruce de llamadas, esperando un momento mejor. Y ese día ha llegado. La temporada del Unicaja ha entrado, con un único partido a la semana, en un periodo de aparente tranquilidad. Y ahora es cuando comienzan a sucederse los acontecimientos.

Thomas acaba contrato el 30 de junio y para el Unicaja es prioritaria su continuidad. Llegó como el recambio de Caleb Green y se ha hecho el dueño de la posición de «cuatro». Es el jugador más utilizado por Joan Plaza, acumulando ya 23:46 minutos por partido. Y es el cajista con más valoración: 11,1. Sus números están ahí. Ha jugado ya 123 partidos con la camiseta del Unicaja, todos lo que el equipo ha disputado los dos últimos años.

El problema es que Thomas y su agente, viendo esas cifras, también van a querer aumentar las de su cuenta corriente. El ala-pívot está en la zona media en cuanto a sueldos dentro de la plantilla, con una ficha, coste club, de unos 400.000 euros. El Unicaja tuvo que realizar una mejora este pasado verano, ya que con la conversión a dólares, Thomas salió perdiendo dinero y eso causó algún conflicto.

Una dieta estricta. Una vez resuelto este asunto contractual, las dos partes se dieron la mano. Durante el pasado verano, Thomas cambió su cuerpo. Hizo una dieta basada en zumos de frutas y verduras, y agua, con una sola comida. El resto del día entrenaba o iba al gimnasio. La hizo un mes y medio. Nada de pizzas, hamburguesas, dulces, azúcar, bebidas gaseosas... Sólo agua o bebida energéticas. Y convirtió la grasa en músculo. Y ése ha sido una de las claves de su increíble temporada.

El Unicaja valora al jugador y es consciente de su importancia en el juego y de que mantener una columna vertebral se antoja vital. Pero no cometerá locuras. Thomas cumplirá este verano 30 años, en su plenitud, en el mejor momento de su carrera. Su corazón está en Málaga, pero el jugador siempre ha tenido las maletas preparadas: Lieja (Bélgica), Ostende (Bélgica), Tbilisi (Georgia), Pinar Karsiyaka (Turquía) o Avellino (Italia). En 10 días, cita clave entre su agente y el Unicaja.