Pionero. Ídolo. Icono. Faltan calificativos para referirnos al gran Fernando Martín Espina, eterno número 10 del Real Madrid, de la selección española y de los Portland Trail Blazers, quienes llegaron a acentuar la camiseta por su apellido en un ejemplo nunca visto en la liga profesional americana. Fernando Martín regresó al equipo madridista tras su efímero paso por la NBA, donde un entrenador novato y cicatero le impidió triunfar como merecía.

Fernando volvía para continuar siendo el centro de atención del baloncesto de los años 80, cosa que nunca le gustó. Siempre rodeado de polémicas (su rivalidad de egos con Petrovic en el vestuario blanco hizo correr ríos de tinta y horas de tertulia radiofónica) y fama (su romance con la «bióloga» Ana Obregón ocupó muchas portadas en la prensa couché), se convirtió en un reclamo publicitario de categoría llegando a ser el primer deportista español que protagonizó un juego de ordenador.

El domingo 29 de octubre de 1989, en la octava jornada de Liga, se enfrentaban en Ciudad Jardín dos conjuntos situados en lo más alto de la clasificación. El Real Madrid, bajo las órdenes de George Karl, encabezaba la tabla y tenía en Martín al líder absoluto de un equipo que estaba buscando su identidad tras una profunda remodelación de su plantilla. El Caja de Ronda, que desplegó un increíble juego con su quinteto mágico durante los 40 minutos de juego, consiguió acabar con la imbatibilidad del conjunto madrileño tras un claro 80-73.

El basket control que practicaba el equipo malagueño impidió cualquier acercamiento del Madrid gracias a la ventaja adquirida en la primera parte. La dirección de Pesquera, el orden de Fede Ramiro, la garra de Palacios, la calidad infinita de Rafa Vecina y el acierto de la dupla de extranjeros (Arlauckas y Brown, futuros inquilinos de la Casa Blanca), terminaron por sacar de quicio al racial Fernando quien, expulsado por faltas personales, tuvo que ver desde el banquillo la primera derrota del Madrid en Málaga en toda su historia y también en la Liga 1989-90.

Quienes tuvimos la suerte de acudir el pabellón o lo pudieran ver en la retransmisión televisiva, no podíamos imaginar que estábamos asistiendo a los últimos minutos de la carrera del jugador más importante de nuestro baloncesto hasta Pau Gasol. Los problemas crónicos en la espalda de Fernando Martín le impidieron disputar más partidos tras esta amarga derrota en Málaga, aunque más triste fue escuchar en el «Carrusel Deportivo» que un accidente de tráfico había acabado con la vida del mejor baloncestista español una fría tarde del 3 de diciembre de 1989.

@OrientaGaona