Hace unos años, recién aterrizado en España para jugar en el Valencia, Álvaro Paricio le definía como «un base con cualidades de líder, instinto de killer y alma de grupo». Eso es Stefan Markovic y eso es lo que le faltaba últimamente al Unicaja. Hijo de un jugador de balonmano serbio, Vladan, y una jugadora de voleibol australiana de origen italiano, Ljiljana, llegó al baloncesto por accidente.

Un amigo le llamó un día para que fuera a entrenar con él y descubrió un juego que ahora es su vida. Stefan llegó al deporte de la canasta por azar pero todo lo demás se lo ha ganado a pulso, a base de trabajo y talento. Criado en las categorías inferiores del Atlas Novi Beograd, con menos de 19 años era el líder del Hemofarm. Como curiosidad, su ultimo partido en la Liga serbia fue el segundo partido de la final de Liga contra el Partizán. Un partido que acabó con una monumental pelea y 18 expulsados. Uno de los 6 que acabó el encuentro fue Markovic.

Nacido en 1988, forma parte de la llamada generación júnior de oro serbia: Tepic, Teodosic, Paunic, Bjelica, Raduljica, Velickovic o Macvan, entre otros, que entre 2005 y 2008 conquistaron todos los campeonatos U18, U19 y U20, no perdiendo nunca una final.

Stefan no era el que tenía más talento, pero como decía Velickovic: «Es el que más corre, el que empuja al equipo, el que defiende y el que nos da otro ritmo». Todo eso es lo que desde anoche recupera Joan Plaza para el Unicaja de cara a los play off por el título.

Unos días antes de marcharse para jugar a Italia concedía una entrevista en Serbia donde aseguraba no estar impresionado por la NBA y donde afirmaba que «sería agradable estar en la Liga española, la ACB». Antes de llegar a España estuvo un año en Treviso, en la Benetton, donde coincidió con dos jovencísimos Motiejunas y Gentile.

En el país transalpino se declaraba fan incondicional del AC Milan, equipo que siempre cogía para jugar a la «Play» con sus compañeros, y de José Mourinho. También afirmaba ser un gran lector de libros y novelas históricas y desvelaba su lado más personal: le gustaría casarse con su novia, Milica, y tener tres hijos. Lo primero lo consiguió, lo segundo va en camino -en 2014 tuvo a su primer hijo Vasilije- y lo celebró al más puro estilo serbio, como desveló su gran amigo Ivan Paunic en las redes sociales. Con una fiesta en un bar, donde no faltó de nada, ni siquiera la actuación de la famosa cantante Zorica Markovic, que con más de cinco millones de discos vendidos, es una de las grandes cantantes de la música popular serbia. Algo que hace compatible con ser seguidora de «Pink Floyd» y participar en la edición serbia de Gran Hermano VIP. Por cierto, las fotos del evento no tienen desperdicio.

Con el regreso de Markovic y la recuperación de Smith, el equipo debe continuar con la senda de mejora de las últimas semanas. Una mejora que le debería permitir competir al más alto nivel en la fase decisiva de la competición. Si además, el Unicaja se empareja en cuartos de final con el Valencia Basket, el equipo debería poder luchar en igualdad de condiciones por jugar las semifinales de la Liga Endesa. Suerte?