Partidazo en el Martín Carpena. Toca ir de etiqueta. Chaqueta y corbata ellos; y vestido largo con tocado para ellas. Unicaja-Valencia Basket. El último, además, en casa de la Fase Regular, que no de la temporada. El equipo malagueño logró el miércoles en San Sebastián su billete para los play off y ahora ultima la puesta a punto ideal para estar al cien por cien en dos semanas. Será cuando comiencen los cuartos de final, con el factor cancha perdido, y con la opción de reeditar este Unicaja-Valencia en el primer cruce de las series por el título.

Huele a partido grande, sin duda. Unicaja y Valencia Basket son dos clubes con solera, muy competitivos, que llevan muchos años en la elite del baloncesto nacional y europeo. El Unicaja, el Euroliga. El Valencia, en Eurocup. Luchando siempre por ser el inmediato perseguidor de los «grandes» en la ACB. Tratando los levantinos de arrebatar la plaza en Euroliga a los malagueños. Y pujando entre ellos, con roles y estatus muy similares, presupuestos casi calcados y modelos de trabajo, eso sí, algo distintos.

El Unicaja tiene hoy una magnífica oportunidad para seguir enmendando su temporada. La diferencia entre unos y otros en todo el curso ha sido bestial. El conjunto de la ciudad del Turia estuvo invicto en la primera vuelta, venció sin complicaciones en La Fonteta en la primera vuelta al Unicaja pero, a pesar de su increíble trayectoria, ha fallado a la hora de la verdad. En la Eurocup cayó ante el Limoges. En la Copa del Rey también lo hizo a las primeras de cambio. Y ahora, en la ACB, podría bajar al tercer puesto si hoy cede en Málaga y el Real Madrid derrota al Baskonia. Y, si eso ocurriera, Unicaja y Valencia se verían las caras en cuartos de final de la ACB. Todo un acontecimiento.

Al Unicaja le va mucho en el envite de hoy. Porque el triunfo le daría, automáticamente, la sexta plaza de forma matemática. Y eso implica también tener un hueco para la próxima Eurocup. Además de crear un conflicto más que interesante entre Valencia y Real Madrid por ese segundo o tercer puesto. Entretenido, desde luego.

Joan Plaza venía barruntando algún cambio más en la plantilla, para terminar de ajustarla, de hacerla lo más potente posible. Ayer decidió dar de baja a DeMarcus Nelson para volver a contar con Edwin Jackson. El base americano con pasaporte serbio no está dando el nivel y Plaza va a examinar de verdad a Stefan Markovic. Lo va a poner todo en el asador. Quiere verle competir ante un rival de campanillas y contra bases que van a exigirle muchísimo, como Vives o Diot. Así que de pensar en un hipotético descanso, Markovic pasa a jugar dos partidos en una semana, tras cinco meses de baja.

Plaza se queda con Alberto Díaz y el base serbio para llevar la dirección del equipo, más la aportación puntual que pueda realizar Nemanja Nedovic, que seguro estará motivadísimo, al jugar contra su exequipo, el que le trajo a la ACB por primera vez y el mismo que le dio boleto en verano.

Seguro que hay un sentimiento muy similar en un jugador rival, Jon Stefansson. El islandés vuelve a Málaga, donde jugó un año muy bueno. Plaza insistió en él, pero el club impuso a Alberto Díaz. El malagueño ha crecido y se ha hecho ya un sitio en la rotación. Lograr minimizar los daños del juego interior valenciano (Hamilton y Dubljevic) se antoja clave, a pesar de la baja de Luke Sikma.