El Unicaja está contra las cuerdas. No mereció perder ayer en La Fonteta, pero es lo que hay. El equipo jugó un buen partido en Valencia, dio la cara de principio a fin, estuvo más tiempo por delante en el marcador que su rival y rozó el 0-1 en su eliminatoria de cuartos. Pero en el cara o cruz final, Shurna fue letal. El norteamericano, actor secundario en un equipo en el que Hamilton, San Emeterio o incluso Diot son los que salen más en las fotos, hizo 10 de los últimos 12 puntos de su equipo para que la victoria se quedara en casa.

El play off tiene una magia especial. Los partidos de la lucha por el título son otra cosa. Cualquier parecido con los de un fin de semana de la Liga Regular es pura coincidencia. Anoche se vio desde el salto inicial. Y es que la eliminatoria entre Valencia y Unicaja se abrió con 40 minutos mágicos, de baloncesto cinco estrellas, de emoción máxima y de acierto extremo. Cualquiera pudo ganar. La lástima es que la suerte final fue la de un triple imposible de ellos, que sí entró, y la de una penetración de los verdes, que no encontró el premio de la red. Algún «rebotito» que se escapó por aquí y alguna pérdida no forzada por allí terminaron de decidir un 1-0 en la serie más amenazante en lo estrictamente numérico que en lo deportivo, vista la igualdad entre unos y otros.

El equipo estuvo bien en líneas generales, aunque con un desequilibrio ofensivo muy mejorable entre el juego interior y el exterior. El partido arrancó con tres triples del Unicaja (0-9), toda una declaración de intenciones de lo que estaba por venir. Los verdes dominaron el marcador a base de las canastas de sus jugadores perimetrales. Fue una pena que los de dentro no se sumaran al festival anotador. Con los «grandes» más «enchufados», la victoria habría sido segura.

Tras una temporada para enmarcar, ayer no tuvo su día Will Thomas. Y ¡vaya que si lo notó el equipo! El ala-pívot americano jugó casi todo el partido ­-más de 35 minutos­-, pero sin el rol protagonista que todos esperábamos de él. La diferencia entre un buen jugador y un jugador «top» se ve en este tipo de partidos. Y ayer, Will no estuvo. Ojalá mañana se reivindique en el Carpena. Por el bien de su cuenta corriente en el futuro inmediato y, sobre todo, por el bien cajista.

Tampoco estuvo al nivel esperado Mindaugas Kuzminskas. El lituano, eso sí, disfrutó de muchos menos minutos, menos de la mitad de los que jugó Thomas. «Kuza» es otro de esos jugadores que deben marcar la diferencia. Seguro que mañana también estará a mucho mejor nivel. Que aparezca se antoja decisivo.

El caso es que fue un partido jugado de poder a poder. Cuatro cuartos intensos que dieron la razón a todos esos que piensan/pensamos que este cruce entre taronjas y verdes es la eliminatoria estrella de los cuartos de final de la Liga 2015/2016.

A pesar de la rabia de haberlo tenido en las manos, hoy lo mejor es quedarse con lo bueno: con el momento dulce de Nedovic, con la mejoría de Markovic, con la capacidad de competir que mostró el equipo, con sus buenos porcentajes en el tiro exterior... Muchas cosas para creer que sí es posible igualar mañana la serie.

De momento hoy toca descansar lo más posible para preparar la batalla de mañana. El Martín Carpena debe ser más «infierno» verde que nunca desde mucho antes de las 17.30 horas. Si no está lleno, que lo parezca. El objetivo de equipo y afición es ganar, empatar la serie y volver a La Fonteta el martes. Porque si no...