La mala temporada del Unicaja en la pista ha tenido repercusión en la grada, aunque mucho menos de lo esperado. La «marea verde» no le ha dado la espalda al equipo y ha seguido apoyando y animando al Unicaja en el Palacio de los Deportes. La despedida del equipo, con más de 2.000 seguidores esperando el regreso del vestuario tras perder ante Valencia, es buena muestra de que existe un caldo de cultivo y que la fidelidad de la hinchada malagueña sigue siendo sólida. La ocupación del Palacio ha bajado del techo de los 7.000 espectadores de media marcados esta temporada y ha descendido a los 6.978 aficionados por partido. Algo mínimo, realmente leve, teniendo en cuenta además que el equipo no ha podido llegar a las semifinales de la ACB, como en los últimos años, donde a buen seguro hubiese habido un lleno en el Carpena, lo que habría provocado un mejor dato.

El Carpena ha registrado una ocupación de 6.978 personas por encuentro. Hasta 209.361 hinchas han pasado por el Palacio en los 30 encuentros que se han disputado esta temporada, entre Liga Endesa y Euroliga, y se ha bajado la media de los 7.141 espectadores de la temporada pasada a los 6.978 de esta campaña. La bajada es mínima, tan sólo un 2,7 por ciento. El dato es mucho más favorable de lo que parece, porque la temporada ha sido realmente complicada y, si echamos la vista atrás, hay motivos para la alegría. No hay que olvidar que hace sólo tres temporadas (2012/13), antes de la llegada de Joan Plaza a Málaga, la asistencia al Carpena era tan sólo de 5.870.

Una diferencia notable que ha provocado que el Palacio recupere la alegría y que se amplíe la comunión con el equipo y, muy especialmente, con Joan Plaza, aclamado antes y después de cada enfrentamiento. En su primer año en Málaga, el Unicaja tuvo una media de 6.272 personas y ascendió vertiginosamente hasta los 7.141 de 2014/15. Ahora baja de forma muy ligera.

El bajón de esta temporada es poco apreciable. Sólo han dejado de acudir al Palacio 163 personas por partido, un descenso minúsculo de 2,7 por ciento. A pesar de todo, la gente sigue siendo fiel.