«Los tiempos para los fichajes son complicados por la no presencia del Unicaja en Euroliga. Más que reticencias de los jugadores a venir a Málaga, hay tiempos, primero van los equipos de Euroliga. La máxima competición europea representa lo máximo para un jugador. Nada que no les esté pasando a otros muchos equipos»... Son palabras del secretario técnico del Unicaja, Carlos Jiménez, esta misma semana, analizando el mercado, paralizado desde hace algunos días, tanto en las entradas como en las salidas, a la espera de que los «grandes» de Europa muevan ficha en sus respectivos proyectos del próximo curso.

La verdad es que la maquinaria en Los Guindos no se detiene, pero está semiparalizada en estos días. Jiménez tiene muchas operaciones abiertas, pero casi todas en stand by por el mismo motivo: el interés de los jugadores pretendidos por conseguir un contrato con alguno de los 16 equipos que jugarán a partir del próximo mes de octubre la Euroliga.

Dos buenos ejemplos son Mindaugas Kuzminskas y Fran Vázquez. Tanto el lituano como el gallego -aunque sea con rol de quinto pívot- entraban en un principio en los planes del proyecto cajista 2016/2017, pero no podrá ser porque seguirán jugando en la elite continental.

Kuzminskas espera estos días la resolución inminente de su futuro. El Fenerbahce está bien posicionado para ser su nuevo destino, pero CSKA y Unics Kazan también pujan por él. Salvo sorpresa, jugará en uno de estos tres equipos de Euroliga. Pero todavía no hay nada oficial.

Fran Vázquez será jugador del Real Madrid la próxima campaña. En Los Guindos lo saben y los tiempos que hay que guardar en esta ocasión vienen marcados por la final de la ACB, todavía en juego, que disputa estos días el cuadro merengue. Cuando acabe la Liga, todo se precipitará y el equipo blanco podrá anunciar su fichaje. Antes, imposible.

Otro caso evidente es el de Will Thomas. El martes pasado tenía que haber contestado a la oferta cajista de renovación por dos años y algo más de un millón de euros. Ayer seguía sin responder por su intención de esperar a que muevan ficha los equipos de Euroliga que a lo largo de los últimos meses han mostrado un cierto interés por su situación contractual. El no responder si acepta o no la renovación en Málaga es una clara patada a seguir del jugador y de su entorno para ganar tiempo y ver dónde y por cuánto dinero puede jugar en otro sitio.

La Euroliga se ha convertido en el principal enemigo de Carlos Jiménez, sobre todo, a la hora de salir al mercado para reforzar la plantilla verde. Ahí los tiempos sí que los marcan de forma muy evidente los 16 clubes «elegidos» para jugar al más alto nivel en el Viejo Continente.

Y es que casi el cien por cien de las negociaciones abiertas por el Unicaja para incorporar jugadores están pendientes de que Panathinaikos, CSKA, Maccabi, Fenerbahce, Real Madrid y compañía cuadren sus nuevas plantillas.

Dontaye Draper es un buen ejemplo. El base, que esta última temporada ha jugado en el Lokomotiv Kuban ruso, no ve con malos ojos jugar en Málaga, pero prefiere esperar por ahora a alguna oferta que le llegue de un equipo de Euroliga. O sea, que para intentar cerrarlo, habrá que esperar.

Otro base que suena, Kevin Pangos, además de tener interés en jugar en la NBA, también suena para el Panathinaikos o para el Baskonia, dos equipos de Euroliga que irán por delante a la hora de su decisión final. Parece complicado su fichaje, pero...

Otro nombre propio es el de Okaro White. El ala-pívot americano -que trata de conseguir pasaporte cotonu-, MVP de la pasada Liga griega, está en la agenda de Carlos Jiménez, pero también en la del Olympiacos, el Panathinaikos y algún que otro equipo importante de Europa. Rivales muy duros a la hora de convencer al jugador de turno para firmar en Málaga.

Con Ondrej Balvin, la rivalidad es más con la NBA que con la máxima competición europea. El checo tiene interés en jugar en la mejor Liga del mundo, por lo que estará en la Liga de Verano de Las Vegas. Si no se queda allí, podría recalar en el Unicaja... si es que no se cruza entonces algún equipo europeo «grande» en su camino. De una forma u otra, en este caso, Jiménez tampoco puede avanzar en la operación abierta con el checo.

El Unicaja, de momento, sigue a la espera. Es lo que toca esta vez. Haber perdido la Licencia A continental provoca un verano «distinto». Jiménez puede poner encima de la mesa de jugadores y agentes la viabilidad económica de un proyecto auspiciado por la seriedad de Unicaja, una ciudad ideal para vivir y un club con aspiraciones de crecer, pero fuera de la elite continental por primera vez desde hace 16 años.