El base americano Oliver Lafayette ya es, a todos los efectos, jugador del Unicaja. El Valencia Básket tenía de plazo hasta la pasada medianoche y el club no envió ningún comunicado a la ACB reclamando los derechos del jugador e igualando la oferta que el Unicaja presentó por él la pasada semana. El jugador con pasaporte croata, de 32 años y 1,88 metros, se convierte así en el director de juego del equipo malagueño. Un fichaje de un jugador de un gran nivel, que se marchó hace tres años precisamente del Valencia, tras hacerle campeón de la Eurocup, dirección al Olympiacos griego, vigente, por aquel entonces, campeón de la Euroliga. Esta temporada ha ganado Liga y Copa con el Emporio Armani Milan en Italia, y ahora llega, en una edad muy madura, para conducir el proyecto de Joan Plaza.

Es, de hecho, un fichaje por petición expresa del propio entrenador, que lo tuvo hace cuatro años en el Zalgiris Kaunas, y se quedó prendado de su ética de trabajo y de su capacidad para hacer grupo y para tomar las mejores decisiones en los momentos más calientes de los partidos. El pasado verano ya trató de reclutarle para su proyecto en Málaga, este pasado invierno intentó un canje con Milan para traerle y ahora ya lo tiene.

Lafayette, internacional croata, no tiene compromisos con la selección balcánica, por lo que se incorporará a mediados de agosto con el resto de sus compañeros. Un jugador muy deseado y que defenderá la camiseta verde durante una temporada. Con él, ya hay 11 jugadores en nómina.

El que cierre la plantilla debe ser Adam Waczynski. El Unicaja tiene ya fichados a Dejan Musli y Kyle Fogg, Jeff Brooks y Trevor Mbakwe, renovados a Nemanja Nedovic, Jamar Smith y Alberto Díaz, y en plantel a Dani Díez, Carlos Suárez y Viny Okouo. Todo listo, a expensas de ese último jugador que, cosas del baloncesto, fue el primero con el que se llegó a un acuerdo.

El club, tras deshojar la margarita, estudiar todas las opciones posibles en el mercado e incluso llegar a replantearse la idoneidad de su fichaje, presentó al mediodía la carta de oferta cualificada con el tirador polaco, internacional por su país, de 1,99 metros y 26 años.

Era el último requisito que debía dar y por fin lo hizo, en el último día del plazo permitido por la ACB en el calendario del tanteo. El contrato presentado es por los dos años que ya se conocían y además se añade un tercer curso opcional. Un acuerdo largo y al que ahora su club de procedencia, el Rio Natura Monbus, debe responder. El Obradoiro dispone de cinco días improrrogables para ejercitar el derecho de tanteo. Es decir, si en esos cinco días, el equipo de Santiago de Compostela no iguala la oferta del Unicaja, Waczynski será jugador verde. El plazo expira el próximo viernes a las 00.00 horas.

Tres años y un millón de euros. El Unicaja no va a realizar ningún tipo de acercamiento con el club gallego. No va a ofrecer ninguna contraprestación para que el Obradoiro renuncie a Waczynski. Si se lo quiere quedar deberá igualar el contrato que, en sus tres años, con cláusulas de corte, bonus y otros aspectos incluidos, ronda en el montante global el millón de euros coste club.

Adam Waczynski era el máximo anotador de la Liga Endesa -hasta que se lesionó- y su pasado le avala como un excepcional anotador, con un gran lanzamiento exterior, que puede actuar tanto de «dos» como de «tres», aunque con carencias en tareas defensivas. Waczynski ha promediado este curso 14,6 puntos (42% en triples), 2,4 rebotes, 1,3 asistencias y 12,4 de valoración.

La gran pega actual, puesta por el propio club, es que debe cumplir sus obligaciones con su selección nacional. El alero está citado con Polonia a comienzos de agosto y el día 31 jugará, ante Portugal, el primer partido del PreEuropeo, en un grupo en el que también se encuadran Bielorrusia y Estonia, y acabará el 17 de septiembre, cuando el Unicaja lleve ya un mes de rodaje y haya disputado varios amistosos. El balón está ahora en el tejado del Obradoiro. El viernes a las 00.00 horas acaba su plazo.