Los grandes cambios personales siempre llevan consigo algún tipo de señal externa. Joan Plaza llevaba 20 años con barba. "Me las dejé por razones curiosas pero no las explicaré", dice en un tono distendido, casi desconocido, henchido de humor, aún moreno tras un verano muy intenso en el que el entrenador quiere cambiar algo, quiere trasmitir otra casa, desea ser distinto. El entrenador del Unicaja se ha empapado Psicología, se ha reunido con expertos y ha ahondado en el tema. Se ha entrevistado con entrenadores de la ACB y de la NBA y ahora vuelve a Málaga con ganas de ser otro Joan Plaza, de cambiar su imagen exterior.

"Si me he dejado la barba como coraza€ No quiero corazas, quiero ser yo, si alguna vez he asustado a la gente no lo quiero hacer. Soy afable, soy yo, pretendo tomarme las cosas con más tranquilidad, pero no con menos deseo", se sinceró el entrenador, que se mostró mucho más abierto y conversador en su reunión de esta mañana con algunos medios de lo que lo ha sido durante sus tres años anteriores en Málaga.

"He leído mucho, el año pasado fue una gran experiencia, aunque algunos me dieran el pésame€ No quiero cortapisas. Me dejé la barba en un momento donde nadie tenía y ahora todo el mundo es "hipster". Quiero ser yo, estar tranquilo, hacer una buena temporada. Somos el quinto presupuesto en España, queremos ser ambiciosos y quermos ganar. Tenemos un proceso de trabajo que a la gente le apetece venir. Todo el mundo es necesario pero nada imprescindible. Creemos en nuestro proceso y mejorar cada día. Queremos que la gente de aquí, tras un entrenador de cuatro años, es que hay una dinámica más positiva que negativa. Y queremos mejorar, todos. Que el club tenga una idea más definida de lo que quiere ser, hemos de ir implantando poco a poco y confiar en las cosas. Queremos jugar la Copa, tenemos la Eurocup, la Liga será complicada. No será fácil estar entre los cinco primeros y queremos ir más arriba. Quiere empezar tranquilo, feliz, con buen pie. Confiar que la gente del club confía en mí. Que el que está delante es normal, sin glamour, que quiere trabajar. Entonces la barba tiene que ver con todo esto. Quiero transmitir "buenrrollismo", insistió el entrenador verde, que afronta su cuarta temporada con otro "feeling".

"Quiero estar bien con los jugadores. Me ha gustado que la gente quiera venir a Málaga sin Euroliga y sin haber sido terceros de Liga como en la anterior temporada. Y quizá la barba es quitarte un peso más. Ojalá que en 10 meses podáis emborracharme por primera vez en mi vida celebrando un gran éxito. Aquí se han vivido muy bonitas cosas y queremos mejorar. El día que salga, en un año, en dos o en cinco, quiero que la gente me recuerde", explicó el técnico, que confesó que le "cuesta" acostumbrarse al verse en el espejo. "Me veo extraño sin barba 20 años después".

Y es que esa barba lo cambia casi todo. Él mismo explicó una anécdota que le ocurrió este verano de vacaciones. "Unos vecinos le dijeron a mi madre: "Oye, Joan está más simpático". Y ni les había saludado. Era por la barba. La barba puede ser como una máscara. Y soy bastante más normal. Y soy afable, y hasta cagón". Ese cambio de look es algo mucho más profundo. Es el nuevo Joan Plaza. El que quiere transmitir "buenrrollismo". Sin barba, por supuesto.