Hamady N’Diaye. Es el pívot marcado en rojo en la libreta del secretario técnico del Unicaja, Carlos Jiménez. El jugador senegalés de 29 años y 2,13 metros ha llamado la atención del cuerpo técnico del Unicaja, que ve en él a un pívot de un perfil similar al «cortado» Trevor Mbakwe y que confía en poder cerrar su fichaje en los próximos días. El club sigue, eso sí, buscando en el mercado un jugador que mejore a N’Diaye, pero no lo encuentra y, a día de hoy, tal y como les está contando La Opinión, es el objetivo prioritario para reforzar la pintura verde.

N’Diaye, con experiencia en la NBA, ha militado las últimas temporadas en competiciones desconocidas para el gran público, como China, Líbano o, últimamente, Filipinas. Este último curso jugó en una competición más potente como la Liga de Israel, en las filas del Bnei Herzliya, donde disputó 32 encuentros, con una media de 21 minutos en pista, con 6,9 puntos, 5,2 rebotes, 2,3 tapones y 10,7 de valoración. Después se marchó con la selección de Senegal, donde disputó el Preolímpico de Manila, y donde fue entrenado por un entrenador español, Porfirio Fisac. El técnico, que ha regresado a San Sebastián, se hizo cargo de Senegal, sustituyendo a Cheikh Sarr, el pasado mes de marzo. Su plan era llevar al equipo a los Juegos Olímpicos, y en ese empeño contó con Hamady N’Diaye, un jugador que el propio Fisac radiografía para este periódico.

«Es todo corazón», comienza el técnico cuando se le cuestiona por cómo es, y continúa hablando de sus habilidades en la pista: «Es un portento físico, de los jugadores más imponentes y físicos que yo he entrenado nunca, y te lo digo de verdad. Es impresionante. Lo más importante de él es su actitud. Es un chico que no da un problema, que siempre suma, que hace grupo. En la pista, él juega por encima del aro en ataque y en defensa tiene una capacidad de intimidación brutal. Uno de sus aspectos más positivos es que corre la pista como un jugador pequeño. Puede rebotear, pasar el balón y ser de los primeros en llegar», continúa Fisac.

Senegal no tuvo suerte en el Preolímpico, disputado en Manila (Filipinas). Perdió ante Turquía (62-68) y contra Canadá (55-58). N’Diaye promedió, en esos dos encuentros, 20 minutos en pista, con 3 puntos, 6,5 rebotes y 0,5 tapones. «Es un chaval extraordinario, fácil de entrenar y de trabajar con él, y tiene ambición. Te digo una cosa, si Gipuzkoa hubiese seguido en la ACB me lo hubiese traído sí o sí. Es un jugador preparado para jugar en la ACB». Cuando se le cuestiona si puede ocupar el hueco de Mbakwe en el Unicaja, contesta: «No puedo emitir un juicio ni saber el rol que Joan querría con él. Sólo puedo decir que es un trabajador, que tiene siempre buena actitud, una gran capacidad de intimidación y que en defensa es determinante», añadió.

¿Y sus puntos débiles? «Él tiene problemas para jugar el uno contra uno en el poste bajo. No es un jugador que se cree sus tiros. Pero es resolutivo jugando el pick and roll, puede coger el balón muy por encima del aro. Y atrás es muy activo. Puede hacer ayudas... Es como Fran Vázquez en raza negra.

Porque intimida, rebotea, tapona y en la otra zona ayuda», resume el exseleccionador senegalés.

Fisac ya ha vuelto a España y se ha hecho cargo del proyecto del club donostiarra, que tratará de luchar por volver a la ACB. Mientras tanto, el Unicaja espera poder cerrar en las próximas 48 horas el recambio de Trevor Mbakwe. El número uno de la lista, tal y como se ha explicado en los últimos días en este periódico, es N’Diaye, un pívot similar al americano, aunque con menor talento. N’Diaye, a sus 29 años, formado en la Universidad de Rutgers (EEUU), drafteado por los Wolves en 2010 y con 33 partidos en la NBA, es el objetivo.