El primer año en un nuevo equipo siempre es difícil. Si vienes, además, con la vitola de haber sido el «Mejor Joven ACB» en la pasada temporada y te acaban de draftear la presión se multiplica. Y, si en tu misma posición, juega un tal Mindaugas Kuzminskas, la cosa se pone de castaño a oscuro. Dani Díez asume el pasado y afronta esta temporada más centrado y consciente de que va a ser «un año muy importante». «Este año tiene que ser el mío, sé que es muy importante para mí. Tengo que ser el primer en venir y el último en irme. Tengo que trabajar más y no tener miedo a hacer cosas, como hice en San Sebastián. No dedicarme sólo a tirar de tres e ir al rebote ofensivo, sino hacer más cosas», dice.

Dani es consciente de los bajones que tuvo el equipo y qué hay que hacer para remediarlo. «Sabemos los problemas que tuvimos el año pasado, las circunstancias que tuvimos, que no las solventamos bien. Comenzamos muy mal en la ACB en los partidos de fuera y debemos intentar, todos lo jugadores que estuvimos el año pasado, transmitirle a los nuevos la importancia que tiene comenzar bien. El inicio de la temporada es muy importante. En casa debemos ser fuertes y fuera, ante rivales a priori perores que tú, debes respetarles, y debemos clasificarnos para la Copa del Rey. Ése fue el desastre del año pasado y no se puede llegar a repetir», señala.

El alero de 23 años y 2,01 metros jugó el pasado curso 62 partidos, con 5 puntos de media (36% en triples), 3,3 rebotes y 6,1 de valoración. Ahora se exige subir su aportación, aunque opina que hay talento de sobra en ataque. «Nedovic, Fogg, Musli... Tenemos un equipo ilusionante. Muchos debemos dar un paso adelante y ojalá que lo hagamos», deseó.