Una temporada, un partido, tres cuartos y medio y tres ataques de Robin Benzing después, Carlos Suárez volvió a jugar como «tres» en el Unicaja. Les prometo que yo ya había perdido la esperanza de ver al «Chimpa» como «tres» alto. Los corsés tan ceñidos que apenas dejan respirar y las decisiones innegociables no suelen conducir, habitualmente, a nada bueno. Pero cuando el «Chimpa» volvió a su hábitat natural anoche ya era demasiado tarde. El Tecnyconta Zaragoza, con tres jugadas calcadas del alemán Benzing en el poste bajo ante un superado Waczynski, le había dado el partido al equipo maño. Tres idénticas, una tras otra. Y partido resuelto.

Se percató todo el Carpena, de ese desequilibrio, pero al banquillo verde, a Joan Plaza, le costó mover ficha. Mientras, el mejor alero español de hace dos años, un «calco» en lo suyo del teutón, un tío espigado, de largos brazos y más de 2 metros, veía en el banco cómo Benzing bailaba en la zona malagueña. Cuando el alemán acabó su clínic -permitido-, en su tercera acción consecutiva, el encuentro se iba por el sumidero. Y, tras tiro libre de Jelovac, a 2:19 del final, se puso en chino mandarín: 69-73.

No fue capaz el Unicaja de anotar ninguno de la media docena de triples que tuvo tras esa acción. Ni uno solo. Un patético porcentaje de acierto del 15% (4 de 26) desde la línea de 6.75 tuvo, también, buena parte de culpa del chasco de anoche. Eso, y otra malísima defensa del Unicaja, que concedió un triple liberado en la esquina a... ¡¡¡Gecevicius!!! Sí, al tirador más fiable de los maños. El lituano, eso sí, falló, pero el rebote ofensivo de Fotu puso el 71-75, a 25,1 segundos. Y, el resto, ya es historia.

El Unicaja firmó una tremenda decepción. Sin paños calientes. Porque, aunque nos empeñemos en decir que estamos todavía de «pretemporada», esto ya es la vida real. Esto es ya competición. Esto es ya la Liga Endesa. Y, tras dos jornadas, el Unicaja ha firmado un durísimo 0-2. Perder en casa, en el debut del curso en Málaga, en una temporada en la que te estás jugando la vida para volver a la Euroliga contra Valencia y Gran Canaria (más el que se sume) es una locura. Es un error imperdonable. Por mucha pretemporada convulsa que hayamos tenido.

El Unicaja no puede, no debe, no puede ni siquiera pensar en dejarse un solo partido en casa ante rivales como el Tecnyconta Zaragoza. Con todos los respetos para el conjunto de Andreu Casadevall. Pero ante un equipo en descenso presupuestario y con una rotación cortísima, el Unicaja no puede fallar en el Carpena. Por mucho que los maños le tengan tomada la medida al Unicaja. Que se la tienen... Y es que no hay forma de salir de un partido contra el antiguo CAI con una sonrisa en la cara. Derrota tras derrota. La de anoche, muy dolorosa. Porque, insisto, ya no estamos de pruebas. Esto cuenta, y mucho. Para la Fase Regular. Para quedar por delante de los rivales en la pugna por la Euroliga. Para clasificarte para la Copa del Rey 2017.

El Unicaja de Madrid fue anoche otro muy diferente. Claro que el Tecnyconta no fue el Madrid. Es decir, no quiso jugar a intercambiar golpes, no jugó a meter más puntos. Concedió de tres y ahí el Unicaja de los «pequeñitos» tuvo una noche horrenda. No es normal meter 4 triples tras 26 intentos. O sea, un 15%. Eso mató al Unicaja, que este curso va a depender muchísimo de su acierto exterior. Y el desacierto se trasladó también a la personal: 13 de 20, un 65%. Con Musli y Waczynski como extraños intervinientes.

Los cajistas vivieron de Carlos Suárez y de lo que rebañó Musli, que tiene tanto talento como poca sangre ahí dentro de la pintura. El «Chimpa» ha comenzado el curso como el mejor de los verdes (14 puntos, 11 rebotes y 22 de valoración), pero al Unicaja no le llega con eso. Y es que, a la hora de la verdad, Alberto Díaz fue el base del equipo. Ni Fogg ni Lafayette... Alberto.

Los cajistas dominaron hasta el último cuarto. Siempre por delante, el Unicaja marcó una máxima de 10 puntos (44-34), tras antideportiva de Jelovac y técnica a Casadevall. Pero ahí comenzó el exCAI a crecer. Con Norel taponando a Musli, con Fotu haciendo muchísimo daño y con un Unicaja sin «plan b», sin más soluciones que el tiro de tres. Plaza lo intentó de nuevo con cinco pequeños, con Suárez y Brooks por dentro, en el arranque del último cuarto. Pero Fotu puso por delante a los suyos por primera vez: a 8:20, 55-57. Al Unicaja le pudo la ansiedad. No acertó de tres. Y Benzing «bailando» dentro: 65-70, 67-72 (a 3:07) y 69-73. Y el desencanto. Otra vez en el Carpena. 71-80...