Es historia viva del baloncesto en Málaga. Bernardo Rodríguez ha estado ligado al Caja de Ronda, primero, y luego al Unicaja, durante 35 de los 40 años de vida de la entidad. Comenzaron de la mano y siempre, desde el trabajo de formación en la cantera, ha sido un referente. Hace un par de años el club decidió que había llegado su hora en el Unicaja y dejó la entidad, sin reconocimientos ni despedidas. Tras un par de años alejado de las pistas, aunque ha seguido ligado a la formación de entrenadores, vuelve a calzarse las zapatillas para trabajar con la Escuela Baloncesto Guindos.

El EBG ha reclutado a Rodríguez para coordinar los equipos Minibásket. Un verdadero lujo para el club malagueño, que cada tarde reúne a unos 400 niños en Los Guindos, el centro neurálgico del básket malagueño. «El veneno del baloncesto no me deja irme», confesó ayer Bernardo en «Zona Verde» en 101TV. El padre del mítico Berni Rodríguez se mostró muy feliz por su vuelta a las pistas para proseguir con su labor formativa con los niños malagueños.