Un parcial insoportable de 8-29, entre el final del tercer periodo y la mitad del último cuarto, enterró anoche las opciones de victoria del Unicaja en un estreno continental en casa de la Eurocup que no pasará a la historia, desde luego, de las grandes noches europeas del equipo verde en la extinta Copa Korac o en la Euroliga.

La debacle fue, la verdad, de proporciones estratosféricas. Y llegó, además, de manera inesperada. Y es que el 40-32 a favor de los de Joan Plaza, a poco más de 5 minutos para el final del tercer cuarto, tras un dominio absoluto desde el salto inicial (14-6, 24-10, 34-26) no hacía presagiar nada de lo que vino a partir de entonces. En un abrir y cerrar de ojos, el fallón, atascado y casi entregado Bayern pasó a dominar 48-61 en el marcador, superando con autoridad a un Unicaja empequeñecido minuto a minuto a golpe de canastas de 3, de mates y de contraataques de un rival que fue, simplemente, el menos malo de los dos.

Cuesta explicar lo que pasó ayer en el Carpena. Y es que ver a este Unicaja plagado de tiradores y de talento ofensivo estar los seis primeros minutos del último cuarto sin anotar un solo punto fue tétrico. Increíble. Es verdad que se fallaron muchos tiros liberados, bien hechos, esos que casi siempre entran, pero no se puede negar que también hubo una evidente falta de ideas en ataque es esos fatídicos minutos que «ayudó» al desastre colectivo del peor Unicaja de lo que va de curso... Zaragoza incluido.

Los números no engañan. Más bien dictan sentencia en este caso: Smith hizo 0 de 7 en triples, Waczynski firmó 0 de 4, mismo registro que Kyle Fogg, Dani Díez metió 1 de 6... El equipo, es evidente, «murió» por su 6 de 34 desde la línea de 3, un triste 18%. Poco más que decir.

El desenlace final se puede considerar inesperado y sorprendente. El Unicaja en esta Eurocup será favorito casi cada miércoles, pero en el Carpena, desde luego, siempre. Independientemente de quién esté al otro lado de la pista. Estaba dentro del guión ayer que el partido no iba a tener nada que ver con el el estreno en Podgorica de la semana pasada. Es evidente que el Bayern no es el Buducnost, pero de ahí a ceder ante los bávaros de una manera tan clara...

Tras cuatro victorias seguidas, al Unicaja ayer no le salió nada. Tiró mal de 3, tiró mal de 2, falló 9 tiros libres. Hasta perdió la lucha por el rebote (35-42). Imposible competir 40 minutos con semejantes dígitos.

Esta primera fase europea permite que este traspié no cueste caro. Pasan a la segunda fase 4 de 5 y el Unicaja estará en la lista de los que jueguen a partir de enero la segunda fase. Eso es indudable. Lo que sí compromete más es el deseo verde de acabar esta primera liguilla en lo más alto del grupo. Eso, desde ayer, ya es más complicado. Sobre todo porque el average de +12 a favor de los germanos obligará a ir a Múnich a bordar el básket, salvo que por el camino los de Djordjevic cometan algún fallo inesperado.

Hoy toca pasar página. No queda otra. El domingo llega el Baskonia a Málaga para una nueva jornada liguera. Una gran oportunidad para levantarse después del bajonazo de ayer.