El Unicaja se llevó el triunfo en el otro clásico del baloncesto patrio. Los verdes, simplemente, fueron mejores que el Baskonia. Arrasó en la primera mitad con un baloncesto fluido y vistoso, se dejó ir en el tercer cuarto y supo sufrir en el último para amarrar la cuarta victoria consecutiva en Liga Endesa.

Y es que además de igualar en la tabla al rival de ayer, los de Joan Plaza pueden sacar un poco de pecho al vencer a un equipo que aspira a todo, al mismo tiempo que se sacó la espinita tras un mal partido europeo ante su público. Además, el duelo sirvió para que Kyle Fogg tomara la alternativa como nuevo artillero verde, con 19 puntos para +22 de valoración con una gran exhibición de tiro. Al californiano se le presuponía la calidad que demostró en Alemania, donde fue el máximo anotador, y ayer demostró las razones por las que el Unicaja se lanzó a por él.

Este Unicaja cuando quiere y, sobre todo está enchufado desde la línea de tres, se convierte en un rival fiero y temible para cualquier rival.

Incluso ante un Baskonia que hace menos de una semana había asaltado la pista del Real Madrid en la Euroliga rompiendo todas las casas de apuestas. Un equipo, el vasco, confeccionado para hacer buen papel en la máxima competición continental -donde debería estar el Unicaja- y pelear por todos los títulos a nivel nacional.

Una ambición que ayer el Unicaja debió extirpar a los vascos después de la paliza que le endosó en la primera mitad en un Carpena que fue una fiesta repleta de disfraces por Halloween.

Y es que el Baskonia vivió su particular pesadilla en la noche de los muertos vivientes en tierras malagueñas ante el Unicaja durante los dos primeros cuartos. La intensidad defensiva del cuadro de Plaza y la gran fluidez en el juego verde hicieron que poco a poco la ventaja fuera en aumento. Además, el pésimo porcentaje desde la línea de tres del conjunto vasco (1/15) fomentaba la amplia diferencia.

Pero el Baskonia no es de esos equipos que bajan los brazos y se dejan llevar pese a estar a un mundo en el marcador (16 al descanso). Los de Sito Alonso salieron al parqué del Carpena muy enchufados en la reanudación, desactivaron a un Unicaja demasiado relajado y se metieron en el partido gracias al empuje de Shengelia y los puntos de Blazic y Beaubois.

Por momentos se mascó la tragedia en el Palacio e incluso el Baskonia se llegó a poner a tan solo tres puntos poco después de comenzar el último cuarto. Fue entonces cuando tras un tiempo muerto de Sito Alonso cuando Kyle Fogg dio el paso al frente definitivo. El americano tiró del carro y con Jamar Smith como escudero de lujo (18 puntos consecutivos entre ambos), destrozaron los sueños de remontada baskonista.