­El Unicaja ya ha conseguido el primer objetivo del curso: clasificarse para el Top 16 de la Eurocup. No ha sido una tarea demasiado compleja, ciertamente. El descenso de 24 a 20 clubes en la segunda competición continental ha facilitado el trabajo. Ahora, además de perseguir una mejor clasificación para evitar un cruce diabólico en el grupo del Top 16, ha de centrarse en sacar adelante su segundo reto. Y ése no es otro que regresar a la Copa del Rey. El Unicaja fracasó el pasado curso en su intento por jugar el torneo del K.O, en un fiasco sideral para el proyecto de Joan Plaza. Y ese traspié no puede volver a repetirse.

La Liga Endesa abre hoy su décima jornada y el Unicaja recibirá al FC Barcelona. La competición, como es sabido, está «coja» este curso, con sólo 17 clubes, en vez los 18 que ha tenido en las últimas décadas. Hubo otro caso idéntico al de esta campaña, en 2008/09. También la ACB se disputó con sólo 17 equipos y en aquella ocasión hicieron falta ocho victorias para clasificarse para la Copa.

El Unicaja 2016/17 camina con un bagaje de 5 triunfos y tres derrotas, habiendo ya descansado. El equipo malagueño es séptimo, con el mismo bagaje que el Bilbao Basket, octavo, al que supera por su mejor average. A día de hoy, el cuadro vizcaíno cierra el cartel de ocho equipos que jugarán la Copa del Rey de Vitoria 2017. Se quedaría fuera el Herbalife Gran Canaria, noveno, con 4-5. ¿Y qué es lo que ocurrió aquella temporada?

El octavo clasificado fue el Manresa, que llegó al corte de la primera vuelta con un balance de ocho triunfos y ocho tropiezos. Es decir, la historia dice que para jugar la Copa con una Liga de 17 equipos, el Unicaja necesita al menos ocho victorias. Esa temporada se dio el caso de que el octavo no accedió a la Copa de Madrid 2009. La organización decidió que el equipo anfitrión fuera el Estudiantes, que finalizó decimotercero (5-11), lo que generó un gran conflicto con el otro equipo madrileño en competición, el Fuenlabrada. Los fuenlabreños eran novenos (7-9) y pidieron que corriera su puesto para jugar ellos como anfitriones. Pero fue el «Estu» quien ocupó el sitio. Por cierto que aquel curso el Unicaja llegó a la Copa siendo segundo de la ACB, con 12-4.

Ahora, sin embargo, atraviesa muchos más problemas y, tras ocho encuentros, acumula un 5-3. Es decir, sólo perdió en aquella primera vuelta un encuentro más de los que ya ha cedido hasta ahora.

En principio, esta temporada no parece que se vuelva a repetir aquel caso, en el que el octavo se quedó fuera. Vitoria es la ciudad organizadora y el Baskonia es quinto en la clasificación, con un bagaje de 6-3. Así que el octavo accedería a la Copa. Este curso, además, hay un escalón mayor con los equipos perseguidores. Tras el noveno clasificado, el Herbalife, hay un grupo de hasta cinco equipos que le persiguen, pero que sólo han sumado tres triunfos: Estudiantes, Betis, Murcia, Zaragoza y Joventut.

No haría mal el Unicaja, de cualquier forma, en curarse en salud y tratar de llegar a los nueve triunfos, para evitar males mayores. Para ello debe ganar tres o cuatro partidos más. Hay tiempo, porque aún restan ocho jornadas. Le bastaría con ganar uno de cada dos duelos.