Nemanja Nedovic está de vuelta. El alma del Unicaja regresa por Navidad. El serbio, dos meses y tres días después de caer gravemente lesionado, volvió a ser el Nedovic que este Unicaja necesita, requiere y precisa. «Nedo» penetró, fintó, asistió, metió de tres, transformó bandejas y guió al Unicaja al triunfo. 24 puntos en sólo 17:04 minutos, y únicamente con 9 tiros de campo: 5/5 de dos y 3/4 de tres. Rescató «Nedo» al Unicaja de un partido trabado y feo ante el Movistar Estudiantes, que fue menos fiero de lo esperado.

Edwin Jackson, como estaba previsto, enseñó los colmillos. Enseñó, en realidad, molares, premolares, la garganta y hasta la campanilla, con sus 29 puntos. Pero no tuvo compañía, apenas encontró amigos en el camino. Y Nedovic, cuando Joan Plaza le dio minutos y no le sentó tras una buena racha de anotación, sí que tuvo una fabulosa guardia pretoriana.

Logró el Unicaja un triunfo muy importante. Porque le mete en la Copa del Rey de forma casi virtual ya, con dos triunfos de margen y un calendario que evita a los «cocos». Y porque tras las derrotas ante Valencia y Zenit San Petersburgo, el equipo necesitaba volver a encontrar su ritmo, su estilo, tener buenas sensaciones. Y lo logró, lo hizo de la mano de Nedovic, el extraordinario escolta serbio al que el año pasado, por estas fechas, estaban intentando empaquetar para Milán, previo canje con Oliver Lafayette. Me gusta recordar este «detalle» de vez en cuando, para que a nadie se le olvide. Para mantener las formas y el pecho en su sitio.

«Nedo» sólo necesitó 17:04 minutos en pista para armar el Belén. Ausente en todo el primer cuarto (21-16), su entrada a pista fue una cosa de locos. Parcial 0-12, con él controlando absolutamente todo lo que pasaba en la pista. Sus minutos confirmaban que el Nedovic esperado y deseado estaba de vuelta. Cuando Plaza le mandó al banquillo ya ganaba el Unicaja 27-32. No es casualidad que, tras irse a descansar, el Estudiantes, ya con Jacskon de vuelta, igualara al descanso: 33-34. Hubo un poco de todo en esa primera parte y también su pizca de polémica, orquestada entre el árbitro principal del partido (Pérez Pérez) y la mesa. Ganaba el Unicaja 31-34 y apuraba el tiempo Dani Díez, que se fue hacia canasta y anotó sobre la bocina. Los dos equipos enfilaban ya camino a los vestuarios, con 31-36, pero Pérez Pérez frenó en seco los bríos de unos y otros. Se fue a la mesa, vio el Instant Replay y se fue a hablar con Joan Plaza. Lo que ocurrió, según la versión arbitral, es que Díez se había comido la posesión. No hubo bocinazo, porque la posesión del Unicaja tuvo 24 segundos en vez de 14, cuando restaban 19 segundos para el final. Así que se anuló la canasta del alero y le dio cinco segundos de vida extra al Movistar Estudiantes.

A esos cinco segundos finales «reinventados» por la mesa y el trío arbitral, el Unicaja llegó con sólo dos faltas. Así que cometió otras dos rápidas para evitar que el «Estu» lanzase. Llegó al bonus, con 1.5 segundos. Y, en pleno saque de banda, Jamar Smith -otra vez mal ayer- cometió falta a Wilson. O sea, antideportiva. Así que el Unicaja, en vez de marcharse al intermedio con 31-36, se fue con 33-34. De locos lo del arbitraje.

Plaza insistió en el tercer cuarto con la pareja Lafayette-Smith. Que era como jugar tras haberte zampado siete polvorones. Equipo lento y desacertado. Preocupante lo del base y «partido tonto» del escolta, irregular como pocos. Cuando Alberto entró en pista y, escasos segundos después, Nedovic hizo lo propio, el Unicaja cambió. Perdía 43-41 y faltaban 5:25. Lo que sucedió después, como había ocurrido antes, no fue casualidad.

Nedovic anotó un triple, luego otro y sobre la bocina un tercero. El Unicaja ya dominaba por 53-60. La fortaleza de Brooks hizo el resto. Estuvo magnífico el americano. Que ante el Valencia Basket sacó la cabeza y que ayer ya mostró más de medio cuerpo. Brooks ya se parece mucho más a lo que se espera de él. El ala-pívot americano puso la máxima, tras triple anterior de Alberto a pase de Nedovic: 56-70, a 7:20 del final. Era la sentencia. Con 58-74 dio el Estudiantes, con triples de Jackson y Wilson, una última cornada. Pero Suárez lo paró, a pesar de los errores en el tiro libre. El Unicaja ganó 76-87. Y recuperó la tranquilidad. Y a Nedovic. El mejor regalo de todos para Navidad.