La Navidad es tiempo de volver a casa y reencontrarse con familiares y amigos. Esta noche en el Carpena viviremos un reencuentro entre dos jugadores que forman parte de mis debilidades baloncestísticas, que jugaron juntos en la cantera cajista y hoy vuelven a verse las caras en su casa, en Málaga. Hablamos de Alberto Díaz y de Pepe Pozas.

En ambos casos se trata de canteranos de manual. Alberto pasó por la escuela de baloncesto de Los Guindos y Pepe por los Maristas, las dos almas del club, y después al infantil, el cadete (Pepe jugó en el CD El Palo), el júnior y el Clínicas Rincón, ese maravilloso proyecto de cantera que tanto han aprovechado otros y tan poco el Unicaja. Ambos debutaron con el primer equipo. Pepe Pozas, el 5 de mayo de 2011 frente al Granada; y Alberto Díaz, el 26 de abril de 2012 frente al Joventut. Y salieron juntos en 2014, el primer año de Joan Plaza.

Pozas salía en febrero rumbo a Valladolid y Alberto en marzo rumbo a Bilbao dejando al equipo verde sin malagueños y con Domantas Sabonis como único estandarte de la cantera de Los Guindos.

Después de un año en Fuenlabrada, Alberto Díaz volvió como «meritorio» y con su trabajo ha conseguido hacerse un hueco en la rotación del equipo verde. Pepe Pozas después de Valladolid aterrizó en Santiago y ahora vuelve a Málaga como capitán del Rio Natura Monbus.

Los gallegos aterrizan en la capital de la Costa del Sol con un capitán «boquerón» y con necesidad de sumar porque se encuentran en puestos de descenso. Pozas asumirá la responsabilidad de guiar a su equipo. La lesión del titular, Mickey McConnell, le da todos los galones en la cancha y fuera de ella. Dentro es el buen jugador que todos conocemos y asegura que su espejo como capitán y jugador es Berni Rodríguez.

Fuera se declara admirador de Martin Luther King y lector de John Carlin. Aseguraba en una entrevista en La Opinión de Málaga que la cualidad que más admira de una persona es la humildad y que se arrepiente de «callarse las cosas y no decirlas en el momento que lo sentía». Considera que su mayor logro es «jugar una competición tan complicada como la ACB». Una competición que le hace volver a casa en Navidad para tratar de amargarle la fiesta a sus paisanos. Así es la vida de los profesionales.

Mientras, Alberto Díaz continúa arañando minutos en la rotación de Joan Plaza y repartiendo su tiempo entre el baloncesto profesional y sus prácticas en las clases de primaria del colegio Rosario Moreno, no muy lejos de Los Guindos, donde no hace mucho acudía a sus «clases de baloncesto» con la misma ilusión que seguro que ahora tienen sus alumnos esperando sus enseñanzas. Suerte a los dos?