No sé qué pensarán ustedes. A mí me parece que este Unicaja no entusiasma, no enamora, no atrae. Pero gana, sigue ganando. No es tan malo como algunos se empeñan en pintarle, pero sí es verdad que no te pone a 100, que no remata los partidos, que deja vivir al rival, que siembra dudas. Tengo clarísimo que jugando como lo hizo anoche el Unicaja se puede ganar en Berlín, pero no en Valencia. La victoria en Alemania, dicho todo esto, es fundamental. Es clave. El equipo dio un paso al frente bestial en su objetivo por pasar de ronda, por seguir avanzando, por ser uno de los dos mejores equipos de este Grupo H. Pero no le veo, a este nivel, compitiendo por mucho más. Esperemos y sigamos dándole tiempo a Joan Plaza. Vi muy seguro al entrenador el pasado martes, convencido de su trabajo, aclarando que el que no sume se quedará en el banquillo. Y su crédito sigue en positivo. Hay buenos jugadores, poco carácter y cuartos buenos que se mezclan con otros malos. Sigue por llegar ese partido redondo. Esperemos pues...

Ganó el Unicaja en el Mercedes Benz Arena y adelantó el regalo de Reyes. Ganar, a estas alturas, es lo único importante y el mejor presente posible. Hacerlo en el debut del Top 16 de la Eurocup, derrotar a un rival fuera de casa en esta ronda y en este formato y hacerlo por ocho puntos es casi definitivo.

Los malagueños cimentaron su triunfo en un gran segundo cuarto para irse al descanso mandando por 26-41. Después, el equipo de Joan Plaza aguantó las acometidas del Alba, que echó muchísimo de menos a sus dos pívots, que fueron baja, el bosnio Kikanovic y el serbio Radosavljevic. El Unicaja, sin otro de sus pilares, Dejan Musli, sacó a relucir su mayor fondo de armario y su mayor acierto exterior, especialmente hasta el intermedio. Los alemanes no vieron aro y la pintura les quemaba.

Luego apretó el Alba atrás y apareció la puntería el serbio Milosavljevic, que apretó muchísimo el partido: 49-54. Era del todo inesperado, porque el Unicaja dominaba 35-49 unos minutos antes. Pero ya saben qué le ocurre a este equipo. Sus pájaras, sus dientes de sierra, sus subidones, sus crisis...

Aunque no se lo crean, Lafayette cambió la dinámica del equipo. Plaza jugó bien sus cartas, «castigó» únicamente al base americano, al que el jarabe de banquillo le sentó de perlas, porque cuando salió en el último cuarto anotó siete importantes puntos.

Él y Dani Díez brillaron. Sin duda que el partido de los dos es otro excelente regalo de Reyes. Ambos han estado a años luz de lo esperado. Dani anotó de tres con solvencia y se percató de que hay vida más allá de su esquinita. Se atrevió a hacer más cosas y las hizo bien. Y Lafayette, en el banco durante 30 minutos, salió titular en el último cuarto, al que se había llegado con 49-59 gracias a Brooks.

El base tomó buenas decisiones en los dos primeros ataques y permitió que la temida salida del Alba fuera menos fiera (51-64). Tuvo la sangre fría que le faltó a Jamar Smith. El escolta estuvo sensacional cuando se limitó a hacer lo que domina como un maestro: tiro tras bote y tras salir de bloqueo. Y suspensión a 5 metros tras penetrar y frenada en seco. Estuvo colosal ahí, con 11 puntos y tres triples. Pero cuando trató de amasar la bola, agotar posesiones, botar sin sentido e intentar pases raro, se perdió. Siempre me da la sensación de que juega 3 ó 4 minutos más de los que merece. Que ese tiempo le sobra. Aunque anoche, ciertamente, ni Fogg ni Nedovic demostraron que merecieron mucho más.

Lafayette, con 63-69 tras el recital de Milosavljevic, se sacó un dos más uno letal al rebote. Brooks acabó como el máximo anotador costasoleño, con 15 puntos, bien secundado por los 13 de Díez y los 12 de Waczynski. El Unicaja da un paso al frente muy importante en este Top 16 de la Eurocup y el próximo miércoles recibirá en el Martín Carpena al Cedevita Zagreb de Veljko Mrsic, que cayó en casa ante el Valencia (86-89).

Malagueños y valencianos, con sus victorias a domicilio, se posicionan como los dos candidatos más serios a pasar de ronda. Pero no anticipemos, porque aún queda un trecho y cinco partidos por jugar. Y el miércoles hay que ganar sí o sí al Cedevita. Aunque antes, este domingo, derbi en Sevilla. Uno de esos partidos que siempre gustan jugar... ¡¡¡y ganar!!!