Cacak es una ciudad del centro de Serbia de algo más de 70.000 habitantes. Bañada por el río Morava se encuentra en medio de una zona boscosa que se utiliza sobre todo con fines agrícolas. Pero esa tierra tiene algo especial que provoca que surjan grandes talentos baloncestísticos. Los primeros fueron el gran Dragan Kicanovic y Slobodan Gordic, después vinieron Zeljco Obradovic y Radisav Curcic, y más tarde Uros Tripkovic, ex jugador del Unicaja, y Marko Marinovic. Estas son las estrellas porque cientos de talentos salen de «la escuela de Cacak» que suma repetidos todos los títulos de la historia del baloncesto. El último gran talento nacido en esa ciudad es Nikola Radicevic, la joya del Betis Energía Plus que el domingo a las 12.30 horas espera en Sevilla a Unicaja.

Radicevic destacó muy pronto y era un habitual de la selección serbia en todas sus categorías. En el verano de 2012 la selección Serbia fue al Torneo de Manheim. Nikola lideró a su equipo y a pesar de perder la final se alzó con el titulo de MVP. Aquel día fue la primera vez que los caminos del joven serbio y España se cruzaron porque vio como una selección española liderada por Albert Homs y con Willy Hernangómez, con quien luego coincidiría en Sevilla, y nuestro Alberto Díaz le quitaban el título de las manos. Meses después fue elegido mejor base del europeo U18 en Polonia donde volvió a ser plata. Allí le vieron los ojeadores sevillanos y Aito García Reneses pidió su fichaje para el entonces Cajasol. Aíto le pulió a su manera en la cancha donde tenía un espejo en Tomas Satoransky y sus compatriotas Luka Bogdanovic y Milenko Tepic le arropaban fuera de la pista.

A pesar de todos los problemas que vivía el equipo a nivel institucional Nikola jugaba a gran nivel y era elegido en el draft del 2015 por los Denver Nuggets junto a sus compañeros de equipo Kristaps Porzingis y Willy Hernangómez. Ese momento tan feliz fue el comienzo de otro pequeño infierno. Se le detectó un problema congénito en la cadera que le hizo perder casi toda la temporada. Además, cuando se encontraba a punto de coger un avión para ver a su familia en Serbia sufrió una peritonitis aguda que pudo costarle la vida: «Si me llega a pasar en pleno vuelo no se qué hubiera pasado». Radicevic recuerda aquellos minutos como los más dolorosos de su vida, cogió el teléfono y llamó al presidente que cuando llegó a su casa le encontró tirado en el suelo y lo trasladó al hospital donde fue operado de urgencia.

Ahora todo eso queda atrás, este verano se ha machacado con su entrenador personal Aleksander Matovic y llega al duelo del domingo en su mejor momento de forma en la Liga Endesa después de liderar a su equipo en las victorias ante el Real Madrid y el Bilbao, donde además batió su record anotador. Los ojeadores de la NBA le compraran con Goran Dragic con algunas pinceladas de Manu Ginobili aunque sus grandes ídolos son su padre y Dejan Bodiroga, con ambos comparte el 4 en su camiseta. Recuerda el nombre de todos sus primeros entrenadores, Miroslav Milic que le hizo debutar en Borac, Ivan Dajic la primera medalla con Serbia o Goran Tadic su primer técnico en Partizan, ahora busca un motivo para recordar a su actual entrenador, Zan Tabak. Una lista en la que no está Joan Plaza que ponía rumbo a Kaunas el mismo verano que la perla del Morava aterrizaba en Sevilla.