La pregunta cada mañana, al levantarse de la cama, entre los aficionados malagueños al baloncesto es saber qué ha hecho Francis Alonso y sus Greensboro en la pasada madrugada en la NCAA-1. El base-escolta formado en el Unicaja está triunfo en el segundo de sus cuatro años como universitario. Ha vivido una tranformación física (llegó a EEUU con 83 kilos y ahora pesa 89) y tiene un rol más anotador que director. Su mes de enero es para enmarcar, promedia este curso 14 puntos y ha llevado a su equipo al liderato de su conferencia. Un sueño hecho realidad para Alonso que, confiesa, que su meta es obtener el grado, ser profesional y triunfar en su Málaga con el Unicaja.

La Universidad de North Carolina Greensboro, en la que usted juega, es líder de la Southern Conference de la NCAA-1: 7 triunfos y sólo una derrota.

R Sí, así es (risas). Vamos primeros en la conferencia y tenemos dos partidos ante equipos importantes (Wofford y Furman). La temporada va pasando muy rápido y vamos muy bien en la Liga. Ser líderes de conferencia es algo muy grande... La fama de Greensboro hace unos años no era la mejor y fíjate, ahora somo líderes.

¿Qué importancia tiene ser campeón de conferencia?

Es importante, pero no es decisivo. Nos darían la copa de campeones de conferencia y lo más positivo es que, si no consiguiéramos luego en las eliminatorias finales acceder a la «March Madness», con los 64 mejores de todo el país, te clasificas para una especie de segundo campeonato final, que tiene un gran nivel. Es importante quedar arriba, porque te hace estar exento de jugar la primera eliminatoria previa de las series finales del acceso para el «March Madness». Una vez que acabas la Liga juegas cuatro partidos a modo de eliminatoria, en la ciudad de Asheville, y quedar entre los primeros te hace estar exento del primer cruce del torneo. Sería un trofeo más para la Universidad y nos daría el pase, que ya lo logramos el año pasado.

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El balance del curso es de 16 victorias y 5 derrotas, con el reseñado 7-1 en su conferencia, y se trata del segundo mejor inicio en la historia de la Universidad de Greensboro.

El mejor fue un 15-3 en 1995, pero era otra época, había otro nivel competitivo. Y fue una hornada de grandes jugadores, como Kyle Hynes (CSKA) y Ricky Hickman (Milán). Esta temporada tenemos una racha de 16-5, que está muy bien.

¿Pensaban que el equipo podía rendir así?

Hicimos una pretemporada muy dura, con mucho trabajo, porque éramos conscientes de que nuestras expectativas subían. Hemos ganado partidos, seguimos con una gran mentalidad y vislumbramos un gran futuro. Hay que seguir trabajando.

Y ahora, ¿ qué?

Ahora jugamos dos partidos fuera, contra dos equipos con los que aún no nos hemos medido, como Wofford y Furman. Son dos buenos equipos, dos partidos muy duros.

¿Hay distancias largas en la NCAA?

No, está todo muy bien organizado. No hay más de tres horas de desplazamiento entre las universidades, en autobús. Y la más larga es a seis horas, pero está bien diseñado, porque juegas una noche en una ciudad equidistante y luego sólo recorres otras tres horas.

Francis Alonso: 14,1 puntos (45% en triples y 90% desde la personal), 2 rebotes, 1,6 asistencias, 0,7 robos en 21 partidos. ¿Lo esperaba?

He tenido una buena racha, la verdad. Las cosas individualmente me están saliendo muy bien, estamos muy contentos por el trabajo como equipo. La otra noche, ante The Citadel, anoté menos, en un partido muy complicado, con mal arbitraje y ellos en zona todo el partido. Me cargué rápido de faltas y apenas jugué.

¿Cómo es el equipo?

Tenemos ahora un pívot de futuro NBA, Jordy Kuiper, que seguro jugará como mínimo en Europa. Puede tirar de tres, tiene manos rápidas y está muy bien. Hay chicos que han llegado de primer año y están muy preparados, ayudando desde el primer momento.

¿Piensa en acabar la carrera o hay opción de salir antes?

Cuando vine aquí lo hice con el propósito de estudiar y sacar mi grado, y jugar al baloncesto, claro. No me planteo otra cosa que acabar aquí y jugar dos años más. ¿Que si llega una oferta increíble e irrechazable me lo pensaría? Pues no se sabe. Pero mi idea es seguir.

¿Quién lleva sus temas de representación, quién le asesora?

Por reglamentación de la NCAA no puedo tener agente. Mi padre es el que se ha encargado de hablar con gente del mundillo, para asesorarnos. Eso es muy importante. Pero no tengo agente ni nada por el estilo por ahora.

¿Por qué eligió NCGreensboro, cuando hubo otras universidades más potentes que también preguntaron por usted?

Pues por eso mismo, porque nos asesoramos bien. Mucha gente que no conoce el funcionamiento de la NCAA me pidió que me aceptara otras opciones de universidades de mayor prestigio y tradición, pero hablamos con las personas adecuadas y nos aconsejaron otro tipo de universidad. Y hemos acertado.

¿Le sorprende la repercusión que están teniendo sus actuaciones en la NCAA?

La verdad es que sí. Yo nunca me fijo mucho en temas de redes sociales. Me sorprendió al principio que lo que hiciera en Estados Unidos tuviera repercusión allí. Estamos muy lejos y los horarios están cambiados, pero sin embargo ahora tengo la sensación de que la gente me sigue incluso más. Es muy especial y obviamente uno está muy agradecido por el hecho de que me sigan los medios. Y es importante porque sí que me gustaría transmitir a los chavales que están en Málaga o España y que quieren estudiar y seguir jugando al baloncesto, que luchen y lo intenten. Me enorgullece ser un ejemplo, llegado el caso. Es un poco jodido venir aquí y dejar a tu familia y tus amigos, pero es una buena oportunidad para seguir estudiando y cumplir tus sueños de jugar al baloncesto.

¿Tiene contacto con Rubén Guerrero, el otro malagueño que juega en la NCAA-1?

Hace un tiempo que no hablamos, pero sí que nos mandamos mensajes. La otra noche firmó otro «doble-doble» contra Tulsa y está jugando muy bien. Últimamente tengo más confianza con él. Este verano trabajamos juntos muchos días en Los Guindos, entrenando con el Clínicas Rincón. Él está en su tercer año y lo está haciendo realmente bien. Tiene que seguir trabajando como hasta ahora, porque tiene un físico que es descomunal.

¿Tan importante es el físico allí? Porque Rubén se ha puesto fortísimo, pero usted también ha echado una musculatura tremenda...

Yo llegué a Estados Unidos pesando 83 kilogramos y ahora estoy entres 88 y 89 kilos. Y ahora, que estamos en plena temporada, entrenamos menos y es diferente, apenas hacemos pesas, pero en pretemporada, antes de comenzar, he llegado a pesar 91 kilos. Aquí en pretemporada entrenas como burros, con pesas seis días a la semana, entrenos y luego técnica individual. A tope... Cuando empieza la temporada es más de rehabilitación. Hasta que acabemos. Y ahí comenzamos otra vez a tope con físico, pesas y entrenos. Es un sistema que funciona.

¿Y ha podido ver o hablar con Domas Sabonis? ¿Qué le parece que un chico formado en Los Guindos sea titular con una franquicia de ese nivel en la NBA?

Con Domas hablé hace poco porque vino a Charlotte, a una hora de Greensboro, y me consiguió entradas para ir a verlo, pero hubo un problema en el equipo y me quedé con las ganas de ir. He hablado con él y me dice que está viviendo un sueño. Domas es un ejemplo para mí y para los niños de Málaga y de España. El hecho de que un chico que haya salido de la cantera de Guindos y que ahora esté jugando titular en la NBA... Sé de su ética de trabajo, cómo es como persona y jugador.

Si vuelve a Europa, ¿Málaga sería su primera opción?

Mi primer paso es ser jugador profesional. Y si todo sale bien ojalá se haga mi sueño realidad y pueda defender los colores del Unicaja. El Unicaja es mi casa, desde pequeño, cuando veía a mi padre ser segundo entrenador, con Berni Rodríguez... Siempre he soñado con jugar en el Carpena con esta camiseta. Es algo que tengo ahí y me gustaría que algún día pasase.