A sus 22 años, Alberto Díaz es el líder silencioso de este nuevo Unicaja. Un sueño que está viviendo en casa, en su equipo de toda la vida. Un honor para el malagueño.

¿Cómo se siente al ser, a día de hoy, el base más visible de este Unicaja?

No me siento de ninguna manera. Sí es verdad que al final, en el paso de estos dos años, he tenido un rol que me ha ido cambiando un poco. Ha sido muy positivo para mí. Tengo un entrenador que confía en mí y ve lo positivo por delante de lo negativo. Ha sido todo muy positivo. Todo cambia, te vas haciendo mayor... El tipo de presión ahora es diferente, con otro rol. Me siento un privilegiado por la oportunidad que me han dado el club y el entrenador. Soy consciente de dónde estoy, de la importancia del momento. Más que si juego mucho o poco, me doy cuenta que soy un privilegiado por poder estar donde siempre he querido y por jugar en mi equipo. Valoro lo que tengo.

¿Es un honor o una responsabilidad saber que hay 100 chicos en la cantera que le miran a usted como gran referente?

Nunca he sentido presión en ese aspecto. Yo siempre he querido o he pensado que ser como yo soy es la forma de seguir mejorando. Al final, no pretendo que los niños se vean en mí como un referente. Quiero que los niños me vean como el modelo de que si trabajas y curas puedes llegar donde yo estoy ahora. No creo que me vean a mí como a Berni o Cabezas o Germán. Soy una persona normal, con problemas, con una vida, con familia, y lo importante es que al verme deben pensar que pueden llegar al primer equipo. No sólo los que meten 30 puntos llegan. También los que hacen el trabajo sucio.

¿Cómo está el equipo?

La situación es complicada, tras una derrota dura. Lo mejor para el equipo es mostrar seriedad en el próximo partido, levantarnos y confiar en nosotros. Sabemos que hay capacidad de mejora, podemos competir. A nadie le gusta perder y menos sin competir, pero nos ayudará a tener los pies sebre la tierra y seguir trabajando fuerte.

¿Qué le ha dado el básket?

Muchísimos amigos de todas partes. Viajes, culturas diferentes, otras tradiciones, experiencias, anécdotas con compañeros... Al final ves a amigos que están en la NBA o en los mejores equipos de Europa y te sientes orgulloso del camino que has hecho con ellos.

¿Un entrenador?

En cada etapa hay entrenadores que te marcan . He tenido la suerte de estar con José Carlos, en EGB. Bernardo, Francis Tomé… Luis Casimiro. Y Joan también ha sido muy importante. Es que al final todos te aportan.

¿Y un compañero?

José Alcoholado. Y Pepe Pozas. Y Luis Conde.