En el Unicaja han jugado esta temporada dos de los jugadores de elite que peor tiran los tiros libres en Europa. Hamady N'Diaye se marchó a Israel y su puesto lo ocupó Alen Omic. El esloveno se ganó en un periquete al Martín Carpena. Y el Lokomotiv, conocedor con sus problemas desde la personal, llegó a Málaga con un fin: "Hack a Omic".

Los pívots del Lokomotiv lo tenían clarísimo. No permitir que el esloveno del Unicaja se levantara y pudiera sumar con facilidad. Faltas y más faltas, llevarle a la línea de personal, conscientes de las dificultades del jugador y del calvario que pasa cada vez que se acerca a la línea de 4,60 metros.

Una, dos, tres, cuatro... hasta ocho faltas recibió el jugador del Unicaja. Un "Hack a Omic" en toda regla. Casi todas de tiro o dentro de bonus. Así que Omic tuvo que lanzar 12 tiros libres, un suplicio para un jugador tan limitado en esa faceta como él. Esta vez no tiró a tablero, como en Krasnodar, sino que lo hizo al aro. Y su porcentaje fue del 50%: 6 de 12.

Omic amenazó con descentrarse y con desquiciarse, pero la táctica del Lokomotiv le salió rana. El Carpena le arropó y le animó. Lejos de reprocharle sus horribles porcentajes, su mecánica y su falta de puntería, le aplaudió y le dio calor. Y el jugador respondió con su garra y entrega para anotar 10 puntos y capturar 6 rebotes. La ausencia de Dejan Musli fue menos dolorasa por el buen trabajo de Omic.