Carlos Suárez está feliz. Probablemente es uno de sus mejores momentos desde que llegó a Málaga, hace ya cuatro veranos. Un buen momento personal y del equipo que ha llegado un poco por sorpresa, en una temporada que hasta hace unas semanas estaba siendo gris tirando a negra. «Sinceramente, nadie se esperaba esto hace cuatro semanas. Nadie podía pensarlo. El equipo ha tirado de carácter, que era lo que se nos echaba en cara».

El capitán es consciente de que lo que ha logrado el Unicaja tiene mucho mérito. «Meternos en la final con factor cancha en contra en cuartos de final y en semifinales es algo histórico, además perdiendo el primer partido contra el Bayern. Hay que ser positivos, esto es muy bonito, pero ahora queremos que sea increíble ganando la final», aseguró.

Para Suárez, todo cambió tras el duelo contra los de Múnich en cuartos de final. «El primer partido en Múnich de cuartos fue un punto de inflexión porque nos hizo creer que podíamos ganar. Luego aquí el público nos llevó en volandas para empatar la serie. Ganar en el Audi Dome el desempate y pasar a semifinales nos dio mucha confianza. Quieras o no, el deporte también es mental. Y esa confianza nos ha dado fuerzas para la semifinal contra el Lokomotiv».

La eliminatoria contra los rusos pareció fácil, pero el madrileño asegura que no lo ha sido. «Fuera puede haber parecido fácil, pero no lo ha sido. Tenemos a Musli lesionado, que es muy importante para nosotros. Hemos tenido que dar un paso adelante el resto del equipo. Ha sido una labor de todo el grupo. Dani Díez, Waczynski, Brooks, Omic... Todos han aportado cosas y no se puede destacar a nadie», apuntó.

Para Suárez, la mejoría en defensa ha sido decisiva para el cambio de rumbo dado por el equipo. «La gran diferencia entre este Unicaja y el de hace algunas semanas es la defensa. Nos hemos dado cuenta de que para ganar hay que apretar el culo atrás. Al final el trabajo nos ha dado la recompensa de esta final continental. Aunque no lo veíamos en los meses anteriores, ahora ha llegado el premio».

Como no puede ser de otra manera, el capitán cajista también agradeció a la afición su ayuda para doblegar al Lokomotiv el viernes. «El público fue clave. El inicio fue brutal. Los rivales saben que cuando juegan con un Carpena así empiezan el partido 10 abajo. Está comprobado. Esa energía que nos dan es la que ha llevado al equipo a la final a pesar de las lesiones. Ellos nos han ayudado a dar el paso adelante necesario para estar en esta final», reconoció.

El alero reconvertido a ala-pívot cree, no obstante, que el Unicaja no será favorito en la final. «Cualquiera que nos toque va a ser favorito. Tanto Hapoel como Valencia Basket. Pienso que Valencia tiene más opciones de ser nuestro rival en la final porque tiene el factor cancha y porque es un aspirante máximo a ganar esta Eurocup. Nosotros tenemos que ir donde nos toque con la máxima aspiración. Sabemos que si nos toca Valencia tendremos que jugar tres o cuatro partidos contra ellos casi seguidos porque jugamos allí en Liga el próximo fin de semana. Hay que ser positivos. Este equipo va para arriba».

Elegido a principio de esta temporada por Joan Plaza como capitán cajista, tras la marcha de Fran Vázquez, Suárez sabe que será el encargado de levantar la Copa si los verdes ganan esta Eurocup, aunque prefiere no pensar en ello. «No me imagino levantando el trofeo porque siempre que me imagino las cosas no se cumplen. Es un sueño, pero no me lo quiero imaginar porque llevo mucho tiempo en esto del deporte y siempre que te imaginas algo, ocurre lo contrario», finalizó.