No va más. El Unicaja se juega esta noche a 40 minutos, en La Fonteta del Valencia Basket, la resolución definitiva a la final de la Eurocup. En un play off al mejor de tres partidos, el equipo taronja ganó en el estreno de la serie en La Fuente de San Luis (1-0), el Unicaja igualó en el Martín Carpena (1-1) y hoy, en cancha enemiga, se decide todo en un duelo sin red para unos y para otros.

Estamos ante la «madre de todos los partidos». No vale para nada lo anterior. Da lo mismo quién ha jugado mejor, quién ha dominado el rebote, quién ha estado más intenso en defensa, quién ha sido más certero en el tiro exterior... Hoy, cuando el balón se lance al aire, Valencia y Unicaja empiezan de cero. Es un partido. Solo cuatro cuartos. Nada más que cuarenta minutos (si no hay prórroga). El que gane será el campeón de la segunda competición del básket continental y se llevará el premio añadido de una plaza para la próxima Euroliga. El perdedor se quedará a un paso de la gloria, pero sin nada de nada. Demasiado castigo para el sobreesfuerzo que cajistas y valencianos han realizado para llegar hasta aquí.

Ventaja de campo taronja

Jugar en La Fonteta otorga el cartel de favorito al Valencia Basket. Eso es innegable. Los de Pedro Martínez llevan desde octubre sin perder en casa. Solo el Real Madrid y el Hapoel Jerusalén saben lo que es ir a Valencia y ganar. Un dato que asusta pensando en lo que viene esta noche.

El rival se ha ganado por su buena Eurocup llegar a este partido decisivo jugando ante su afición y el Unicaja deberá hacer una auténtica machada si quiere levantar la Copa al cielo de Valencia.

El equipo verde viajó ayer por la tarde hasta la capital del Turia acompañado por familiares y algún que otro afortunado aficionado. El vuelo chárter en el que se desplazó la expedición verde irradiaba ilusión y expectación casi a partes iguales. Los jugadores y el straff técnico son conscientes de que este tipo de oportunidades se presentan muy de vez en cuando y están preparados para «morir» en el intento de rematar la faena ganando en la guarida taronja.

Nemanja Nedovic y Dejan Musli son dudas. Ambos se montaron en el avión camino de Valencia, pero... El pívot la verdad es que parece casi descartado porque su esguince de tobillo no se ha solucionado a tiempo. Sería una gran sorpresa si pudiera jugar. Lo del escolta es otra historia. No se entrenó ni domingo ni lunes. Ayer estaba algo mejor y salvo cambio radical parece que forzará para estar. Nadie se quiere perder un partido así. «Nedo» sabe que es pieza fundamental en las rotaciones de Plaza y hará lo imposible por poder jugar contra su exequipo.

En el rival el que sí parece que se ha recuperado a tiempo es Antoine Diot, que reaparecerá. Ya se vistió el viernes pasado en el Carpena y estará listo para hoy... si es que su entrenador quiere utilizarlo. Lleva varias semanas fuera de servicio y viendo la solidez de la pareja Van Rossom-Vives en la dirección quizás meter en la rotación a Diot podría ser incluso beneficioso para los intereses cajistas. Habrá que verlo.

Después de tantos partidos seguidos, será difícil que Plaza sorprenda a Martínez o que Martínez sorprenda a Plaza. Viendo los duelos anteriores parece que un partido a 75-80 puntos le vendría mejor al Unicaja que un duelo ultradefensivo, que se solucione a 60-65 puntos. Ahí parece más favorito el Valencia Basket. Pero nadie sabe dónde puede estar el quiz del éxito.

Otras claves que pueden marcar la suerte de la final serán quién es capaz de imponerse en la lucha bajo los aros y, sobre todo, quién maneja mejor la presión de un partido de este tipo.

Hay una cosa clara: El Unicaja deberá hacer un partido casi perfecto si quiere hoy ser el campeón de Europa. El rival es un equipo sin fisuras. El primer día Dubljevic fue clave. En el Carpena hizo más daño Vives. También han tenido momentos buenos Sastre, Van Rossom, Sato, Oriola... El problema es que hasta los que no han estado bien por ahora, como Will Thomas o San Emeterio, son igual de peligrosos para hoy que cualquiera de los anteriores. Es imposible saber por dónde puede llegar el peligro porque la amenaza es total.

Jugar con la presión del rival

El guión perfecto para el Unicaja sería entrar en los tres últimos minutos enganchado al partido. Ahí la ansiedad del Valencia Basket puede ser un arma perfecta para ganar la finalísima. Ellos juegan en casa, tienen el ambiente a favor y llevan medio año sin perder. O sea que son favoritos y tienen que ganar sí o sí. Si el Unicaja le pone contra las cuerdas, quizás el factor cancha pase a ser en esos últimos minutos más un problema que una ventaja para ellos.

El equipo verde no estará solo esta noche en Valencia. Y no lo digo por los cincuenta y pico aficionados (entre familiares y representantes de Unicaja Banco) que viajaron ayer con el equipo en el chárter. Otro medio centenar de valientes se pegarán hoy una paliza en autobús para ir de Málaga a Valencia y regresar de Valencia a Málaga tras el partido. Serán unas 18 horas de carretera para estar solo 5 horitas en Valencia. Una barbaridad solo al alcance de gente como la «marea verde». Solo por ellos ya merecería la pena ver a Carlos Suárez con la Copa en sus manos.

El ambiente será hoy infernal para los verdes. La Fonteta será una caldera naranja. En Valencia hay ambiente de final. En la calle se palpa que lo de hoy es algo histórico y está garantizado el lleno, con más de 8.000 aficionados que llegarán al pabellón con el único objetivo de ver a los suyos reinar en Europa.

El Unicaja necesita un «Fontetazo». Una victoria para la historia. El título de la Eurocup espera. La Euroliga 2017/2018, también. Preparados, listos... ¡a jugar!