Si no lo veo no lo creo. ¡¡¡Fue un milagro!!! No tiene otra explicación. El Unicaja, «muerto» en el arranque del último cuarto, 13 abajo y con Alen Omic fuera del partido por una descalificante, sacó fuerzas de no se sabe dónde para remontar a un asustado Valencia Basket y arrebatarle un título que por momentos pareció imposible que viajara en el avión de vuelta hacia Málaga. El rival tuvo miedo a ganar, el Unicaja olió sangre... y el resto ya saben cuál fue: campeones de Europa 16 años después. Impresionante. De verdad.

Vrsac 2001, Zaragoza 2005, Vitoria 2006... y Valencia 2017. Boza Maljkovic, Sergio Scariolo... y Joan Plaza. La Copa Korac, la Copa del Rey, la Liga ACB... y la Eurocup. El Unicaja engordó anoche su palmarés con el título de la segunda competición más importante del baloncesto del Viejo Continente. Lo hizo (otra vez) en cancha ajena, coincidiendo con los 40 años de vida del equipo que más alegrías ha dado a los aficionados en la historia del deporte malagueño.

La Fuente de San Luis del Valencia Basket fue testigo del ansiado «Fontetazo». El Unicaja, con todo en contra -en lo deportivo y en lo humano-, supo gestionar mejor sus ansiedades para remontar la final a tiempo de levantar el título.

Fue realmente emocionante ver a Carlos Suárez elevar al cielo valenciano, a eso de las 22.30 de la noche, con La Fonteta ya prácticamente vacía, un trofeo que nadie podía imaginar hace solo un mes y una semana, cuando el equipo regresaba de Múnich con 1-0 en contra en el play off de cuartos de final.

Lo que ha pasado desde ese día hasta ayer por la noche será imborrable de por vida para todos los aficionados del Unicaja. Málaga debe estar orgullosa hoy de su equipo y de su afición. Porque la «minimarea verde» fue ayer la otra gran protagonista de la fiesta cajista de La Fonteta. Seguro que jamás olvidarán este 5 de abril de 2017. Los privilegiados que pudieron viajar en avión y los 55 «locos de atar» que se metieron 9 horas largas de autobús para llegar a Valencia y otras 9, después, para regresar a casa. Sois unos cracks.

El amor a los colores verde y morado tuvo ayer la recompensa de todo un título continental, 16 años después de aquella Copa Korac en la extinta Yugoslavia con la que el Unicaja comenzó a crecer hasta lo que es hoy: un equipo de EUROLIGA.

Y es que el triunfo de anoche, que nadie lo olvide, trae el premio añadido de una plaza para la próxima edición de la máxima competición continental. El sitio natural del que nunca debió salir el Unicaja y que se ha ganado en la pista, siendo el mejor de los 20 equipos que arrancaron el pasado octubre esta Eurocup que ayer echó el telón. Solo hace falta que se confirme en las próximas semanas, cuando el Darussafaka o el Estrella Roja, los dos equipos sin licencia que tienen opciones de estar en cuartos de final, caigan eliminados. Entonces, el billete continental será oficial y no solo virtual, como hoy.

Ganar esta Eurocup ha sido increíble. Ayer mismo fue un partido espectacular. De ida y vuelta. Con momentos buenos, pero con esa situación límite en el último cuarto que anunciaba el subcampeonato y que el recital final de los verdes convirtió en «titulazo» continental. La catarata de emociones y de estrés se cerró con un vendaval de canastas cajistas que borró de la final al equipo taronja.

Fue alucinante. Sin Dejan Musli, lesionado desde semifinales, con Nedovic a la mitad de sus revoluciones por unos inoportunos problemas físicos y con Omic fuera de la final por una tontería en el tercer cuarto, aparecieron los otros jugadores de la plantilla para obrar un milagro. Ayer jugaron los 11 (todos menos Musli), incluidos Lafayette y Okouo. Y yo me alegro muchísimo por ambos.

Carlos Suárez levanta la EuroCup

Carlos Suárez levanta la EuroCup

Aportación colectiva

En el momento de la verdad, cuando los partidos son para los hombres y los «niños» se tienen que echar a un lado, Dani Díez acertó desde las esquinas, Carlos Suárez fue un jabato bajo los dos aros (jugando de «center» y anulando a Dubljevic), Brooks intimidó a sus «pares» en la pintura, Alberto ofreció una lección magistral de dirección versión MVP y un apagado Jamar Smith también apareció cuando hizo más falta para culminar la histórica remontada.

Las emociones de la fiesta verde en la grada y en la pista tras el bocinazo final son difíciles de explicar. El diputado de Deportes, Cristóbal Ortega, levantaba en volandas a la concejala de Deportes, Elisa Pérez, en la tribuna de La Fonteta, mientras Carlos Suárez se iba a la banda a por Manolo Rincón, para que el empresario axárquico disfrutara con el equipo de la gloria del título en ese instante mágico. Después llegó el reparto de trofeos y, tras el protocolo, el parqué de La Fonteta se tiñó de verde. El «presi» Eduardo García, que ha sufrido estos años mucho por los malos resultados, fue de los que más disfrutó. También me alegro por él.

Hoy tocará disfrutar con la afición en Málaga. Ayer fue una gran noche y hoy será un gran día. Enhorabuena para todos. Somos campeones de Europa.