El Unicaja está de dulce. Como «pa» no tocarlo. Juega de memoria, muestra una inercia ganadora imparable y aniquila rivales con una facilidad pasmosa. Le da lo mismo tener enfrente al inabordable Valencia en su Fonteta, al duro Morabanc Andorra o, anoche, al equipo revelación de la Liga. Ahora no importa ni el rival ni el lugar ni la hora. Jugar y ganar son sinónimos. Cinco victorias en los últimos cinco partidos, entre Europa y ACB, son la mejor demostración.

El triunfo de anoche ante el CB Canarias de toda la vida (Iberostar ahora por motivos publicitarios) supone, además, una jugada maestra. Viene con premio extra. Y es que el equipo verde se aseguró ayer un hueco en el play off por el título, se queda a solo una victoria de su rival de ayer en la clasificación y le supera en el average particular, tras ganarle también en la primera vuelta en La Laguna. O sea, que en cualquier triple o cuádruple empate en el que coincidan cajistas y laguneros al final de la Liga Regular, el Unicaja saldrá muy beneficiado y relanzado hacia posiciones elevadas de la tabla.

Al vigente campeón de la Eurocup le han sobrado cinco partidos de Liga para lograr el objetivo de estar entre los ocho mejores de la Liga Endesa. El dato es espectacular y debe ser valorado en su justa medida. La temporada cajista es ya un éxito desde la noche europea de Valencia de hace un par de semanas, pero es que el futuro inmediato pinta tan bien que da hasta vértigo pensar en lo que viene por delante. Parece increíble que después de meses y meses de dudas, de no enlazar tres partidos seguidos ilusionantes, el equipo juegue ahora con esta alegría y con este desparpajo. Da gusto verlo.

La lástima es que haya que esperar ahora un mes para que arranque el play off por el título. Sería perfecto que la eliminatoria de cuartos de final empezara mañana mismo. Yo creo que, excepto contra el Real Madrid, con cualquier otro rival, teniendo ventaja de campo o no, los verdes -a día de hoy- serían favoritísimos en su cruce. Ojalá dure este éxtasis verde y morado el tiempo suficiente para llegar a ese momento en el actual estado de forma. ¡Buff!, mejor ni pensarlo.

Ayer, no fue una noche excelsa, el equipo fue de menos a más, pero bastó lo que puso sobre el parqué para ganar con autoridad al equipo revelación de la Liga, al que muy pocos han doblegado este curso, por cierto. El mejor Iberostar de la historia aguantó a duras penas el primer cuarto en el Carpena (18-18). Perdía por 10 al descanso (44-34) y en la segunda parte tuvo que sacar la bandera blanca ante el vendaval de los verdes en ataque. El +21 final (88-67) no admite debate. Fue un palizón.

Plaza volvió a sacar todos sus recursos a pasear. Jugaron los tres bases y hubo minutos también para Viny Okouo, el jugador número 12 del plantel verde. La exhibición ofensiva fue memorable, firmando otra vez casi 90 puntos. Un ritmo anotador que acaba con la oposición de cualquier rival.

El equilibrio entre el juego de ataque y la defensa es una de las claves del éxito. El equipo anota y anota y anota... pero defiende, defiende y defiende. Una fórmula mágica, fácil de decir, pero muy difícil de ejecutar en una Liga tan dura como es esta ACB.

Otra de las mejores noticias de la noche fue ver otra vez a pleno rendimiento de Dejan Musli. En su segundo partido tras la lesión en el tobillo que le dejó sin final europea, el pívot serbio estuvo muy fino, sobre todo en ataque,donde siempre brilla más. Anoche aportó 15 puntos y 3 rebotes que le devuelven al primer plano de la rotación.

El domingo espera el Barça en el Palau Blaugrana. Los verdes llegarán a Barcelona en plena racha de juego y resultados. A dos victorias del liderato del Real Madrid y a un triunfo de la tercera plaza del Baskonia. Un momento ideal para tratar de asaltar una pista casi siempre esquiva, pero que ahora parece más asequible que otras temporadas. Que siga la racha y que pase el siguiente...