El Unicaja cumplió con el guión, ganó al colista Manresa ­-desde ayer equipo de LEB Oro-, sumó otra victoria en su afán por amarrar la cuarta plaza de la Liga Regular y afinó un poquito más su puesta a punto camino del play off por el título, el otro momento álgido de la temporada que está todavía por venir. El único «pero» de los 40 minutos de anoche fue el golpe que se llevó Carlos Suárez en el gemelo. No tiene mala pinta, pero el susto no nos lo quita ya nadie.

El equipo verde tuvo una noche más o menos plácida. El ICL Manresa ni supo ni pudo oponer resistencia al equipo de Plaza, muy superior física, táctica y técnicamente a un rival que también llegó a ser campeón de una Liga ACB y que también ganó una Copa del Rey, pero que no ha tenido la suerte de tener detrás a una entidad como Unicaja para mantenerse en la elite. A veces no está mal mirar alrededor y ver lo que hay por ahí fuera. Nuestro Unicaja podría ser un Manresa de la vida, un Lucentum, un Fórum Valladolid o un Elosúa León, por poner cuatro ejemplos (al Akasvayu Girona, ni lo nombro). Afortunadamente, en Málaga tenemos al Banco y lo de Manresa, Alicante, Valladolid, León o Girona ni ha pasado ni va a pasar. Hoy me parece un día magnífico para recordarlo, valorarlo y disfrutarlo.

Volviendo al partido, solo hubo equilibrio en el arranque. Pere Tomás estuvo fino desde la línea de 3 y el partido alcanzó el final del primer cuarto con el ICL Manresa por delante, 20-25. El Unicaja se puso serio y al descanso ya estaba 8 arriba, 42-24. Una «caraja» considerable al volver del descanso volvió a darle alas al rival, pero Fogg se echó el equipo a la espalda y sus triples cerraron el «debate». Hasta 18 arriba llegó a estar el equipo, en un partido que acabó 91-75.

Tras la mala imagen del fin de semana pasado en el Palau Blaugrana, el Unicaja recuperó sensaciones. No hizo su mejor baloncesto, pero tampoco fue necesario exponer demasiado ante un rival menor. Nedovic, renqueante, se quedó sin jugar esperando «batallas» mayores. Y jugadores menos castigados de minutos tuvieron su rato de gloria, como Lafayette u Okouo, que ayer «disfrutó» de algo más de 12 minutos.

Da la sensación de que Joan Plaza y su staff llevan ya alguna semana pensando más en el play off que en cualquier otra cosa. Es evidente que lo realmente importante son los cuartos de final por el título. Estos últimos partidos lo único importante es que nadie se lesione. Acabar en una posición u otra no garantiza ni condena a nada. Por eso anoche tocaba pasar una hoja más en el calendario de la manera más solvente posible y eso fue lo que hizo el equipo. Sin más.

El Carpena volvió a mostrar una imagen pobre. Fue, de hecho, la peor entrada de la temporada. Ni 4.000 espectadores. Sinceramente, creo que el equipo no se lo merece. Parecía que el título continental de la Eurocup iba a ser la panacea y que los enfadadísimos con el club iban a volver a «casa». Pero no hay manera. Contra el Iberostar hubo poca gente y ayer, menos todavía. Cuando hay partido el fin de semana, la gente responde más o menos. Pero entre semana no hay manera de enganchar a la afición. Una situación preocupante pensando en la próxima temporada. Volver a la Euroliga ha costado muchísimo y visualizar el próximo curso un Carpena semivacío cada jueves o viernes...

La cuenta atrás para el play off está en marcha. Al Unicaja le quedan tres partidos hasta el final de la Fase Regular: visitar Vitoria y Murcia y recibir al Real Betis Energía Plus, la última fecha del calendario. El reto de acabar entre los cuatro primeros sigue vigente. Si se ganan los tres, habrá opciones. Si no, el rival de cuartos tendrá ventaja de campo, pero seguro que no lo celebrará cuando vea enfrente a este campeón de la Eurocup capaz de superar tres cruces con desventaja de pista. De momento, hay que esperar.