No pudo ser el viernes... tendrá que ser el domingo. El Martín Carpena dictará la sentencia definitiva al cruce de cuartos de final entre el Unicaja y el Iberostar mañana por la noche (21.30 horas), tras quedar anoche equilibrada la serie (1-1) con el triunfo 73-67 de los de Tenerife sobre el Unicaja, en la segunda entrega de la eliminatoria.

Los verdes llegaron a la isla con la ilusión de finiquitar por la vía rápida el duelo entre vigentes campeones de Europa. El objetivo era evitar trasnochar mañana y no malgastar fuerzas en el tercer partido de desempate. Pero la ilusión de los cajistas por amarrar el billete para semifinales se topó con la intensidad de los locales, apoyados de forma magistral por su gente, decididos a alargar su temporada y deseosos de demostrar una vez más por qué el equipo de Tenerife ha sido y sigue siendo todavía el equipo revelación del baloncesto español en esta 2016/2017.

Al Unicaja le faltó anoche en la «hamburguesa» de La Laguna la magia y el empuje de otras citas recientes. Sufrió en defensa más de la cuenta, pero sobre todo estuvo muy lejos de su nivel habitual en ataque. A los de Los Guindos, especialmente en la primera parte, les costó circular el balón, buscar posiciones claras de lanzamiento y hasta tirar a canasta más de una vez. El equipo se desquició y el rival lo aprovechó para sufrir menos de lo que cualquiera podía presumir en la previa.

El Iberostar, además, se lo creyó desde el salto inicial. Y ésa fue una de las claves. Los canarios supieron jugar sus bazas, apretar hasta el límite del reglamento y más allá, provocando errores en un Unicaja que llegó a Canarias con un balance de 10 victorias en sus últimos 11 partidos, pero que allí no pudo mantener su «casi» inmaculada racha.

A pesar de las quejas de Joan Plaza y algunos jugadores tras los 40 minutos por el mal arbitraje de Bultó, Peruga y Oyón, lo cierto es que el Unicaja perdió ayer, básicamente, porque lo hizo peor que su rival. Ni más ni menos. Es verdad que el trío del pito no ayudó nada. En caso de duda, los tres del pantalón largo siempre favorecieron a los aurinegros, pero siendo autocríticos, anoche faltaron muchos argumentos para asaltar La Laguna, además de ese respeto arbitral que es verdad que brilló por su ausencia.

Los números del partido muestran las carencias del equipo verde en esta segunda entrega de la película de cuartos de final: 14 balones perdidos, solo 10 asistencias, un paupérrimo 37% de acierto en tiros de 2 y solo 67 puntos anotados. Así es muy difícil. Pite quién pite y cómo pite.

El equipo acusó el mal día, por ejemplo, de Nedovic, incapaz de anotar una sola canasta hasta el esprint final del partido. La pareja de centers tampoco ejerció ningún dominio en la zona. Ni Omic ni Musli se dejaron ver en La Laguna y Fogg repitió los mismos cero puntos del primer partido de la serie. Demasiadas balas perdidas como para creer en el 2-0 y en el pase exprés a «semis».

En fin, que el primer match ball se fue ayer al garete. Pero no pasa nada. No tengo ninguna duda de que el Unicaja sigue siendo muy favorito para pasar a semifinales. Sobre todo si el Carpena se da cuenta de que lo que viene es un partido de esos que se ganan desde la grada. Ojo porque toda la presión será mañana para los verdes, obligados ante su gente a sellar su clasificación en el partido de desempate. El Iberostar llegará a Málaga sin nada que perder y con muchísimo que ganar. Y eso siempre es un problema para el que es «presunto» favorito -que se lo pregunten al Valencia en la finalísima de la Eurocup-. Así que, todos a una. Seguro que así será más fácil.