El Unicaja tiene dos papeletas que resolver. Y de forma inminente. La planificación para la temporada 2017/18 ya lleva un cierto tiempo en marcha y ahora, una vez que ha finalizado el curso con la eliminación en semifinales a manos del Real Madrid, debe activarse al cien por cien. Hay asuntos que, con el play off en marcha, no se deben abordar, porque concierne a jugadores que han de estar con sus cinco sentidos en el baloncesto y en la competición.

El domingo por la tarde, el Martín Carpena dijo adiós a la actividad en la pista y ahora se traspasa a los despachos, donde el club tiene asuntos que resolver. Dos especialmente: la continuidad de dos jugadores muy queridos por la afición y que son, además, dos cupos de formación. Algo clave.

El caso más llamativo es el del capitán, Carlos Suárez. El Unicaja y el ala-pívot no llegan a un acuerdo. Llevan ya varios meses de tiras y aflojas y esta pasada semana, el club rechazó una contraoferta de renovación del propio jugador. El Unicaja descartó su continuidad porque el madrileño solicita una subida de alrededor del 15% para su futuro contrato. Y el club no está dispuesto a satisfacerlo.

El jugador atendió a la prensa y explicó cómo está la situación. «Mi agente y los dirigentes tienen que hablarlo. Yo me quiero quedar. Lleváis desde octubre preguntándome y yo ya he dicho lo que quiero. Tampoco pido algo fuera de mercado. Me quiero quedar, estoy a gusto aquí y mi pareja también».

«No creo que he pedido nada del otro mundo. Es una decisión que tienen que tomar (el club) y ya está. Es lo que hay. Yo estoy muy contento aquí. Lo único que tengo en mi vida es mi familia y mi agentes es mi padre deportivo. Me he comportado todos estos años muy bien, nunca me he quejado. He intentado ser un profesional en todo», prosiguió el capitán sobre su renovación, muy enquistada.

El caso es que, según fuentes del club consultadas por este periódico, la idea del Unicaja es contar sí o sí con Carlos Suárez. El Unicaja lo valora y quiere que siga, pero también hace cuentas y trata, lógicamente, de ahorrarse la máxima cantidad posible. El propio jugador ha dicho también que quiere prorrogar su contrato, por lo que el acuerdo parece, de esta forma, cuestión de tiempo.

Suárez insiste. «Ahora es el momento de hablarlo. Es algo que está en el negocio. Estoy feliz aquí. ¿Podría estar en otros sitios por más dinero? Sí. Pero al final miro más por otras cosas. Lo que pido es que me valoren, siempre me he sentido valorado aquí por los dirigentes, por el entrenador y por los aficionados. Así funciona el negocio, es un tira y afloja y ya está, no pasa nada. Yo estoy contento aquí. Yo creo que no he pedido nada del otro mundo», acabó. En los próximos días o la semana que viene deben producirse nuevos contactos para tratar de relajar la situación y encontrar vías de entendimiento.

Se encuentra en una situación similar Dani Díez. El alero, tras dos años en Málaga, tiene una opción para renovar unilateral del club, pero las dos partes llegaron a un acuerdo para rebajar esas cantidades y rehacer el contrato. Con el visto bueno dado, ese entendimiento no se llevó al papel. Y el tema está ahora parado, tal y como explicó este periódico.

El propio Dani Díez lo refrenda. «Leí lo que publicó La Opinión. Estaba al tanto. Me he quedado ahí. Ahora es el momento de hablar, que mi agente hable con el club. Yo ya he jugado, lo he intentado hacer lo mejor posible. Y ahora es el club el que debe decidir si sigo o si no. Es cierto que se habló de renovar y se paró. Yo no sé qué pasó exactamente. Si supiera lo que ha pasado yo os contestaría. Sólo sé lo que salió en La Opinión, que se ha parado por completo la renovación. Yo quiero seguir, estoy aquí muy feliz. Han sido dos años. El primero fue más complicado para mí individualmente y para el equipo. Y este segundo ha ido muy bien. Tanto personalmente como para el club. Hemos logrado la Eurocup, que era un objetivo muy complicado».

Los dos jugadores tienen el mismo agente, José Ortiz, con quien el club ha trabajado muchísimo en los últimos años.