El viernes por la noche fue muy especial para Morayo Soluade. El baloncesto le daba una gran alegría al base inglés formado y criado en la cantera del Unicaja, que esta temporada hace «mili» en el CB Miraflores de Burgos. Un club experto en ascender pero continuar en LEB Oro. El Unicaja decidió mandarle allí este curso, sin equipo vinculado en LEB, y tras una cesión anterior a San Sebastián, en ACB, donde jugó muy poco. Esta temporada, «Mo» ha vuelto a tener buenas vibraciones. Ha disputado 42 partidos, con una media de 18:59 minutos, y 6,1 puntos (35% en triples), 2,7 asistencias, 2,7 rebotes y 7,4 de valoración.

El curso terminó con exhibición de su equipo. El CB Miraflores San Pablo ha firmado unos play off impolutos y se ha metido en la ACB -si el canon lo permite- tras derrotar al Palencia. Y, una vez finalizada esta campaña, es hora de hacer balance y, sobre todo, pensar en el futuro.

Y eso ya depende del Unicaja. En los nombres que se deslizan de canteranos que estarán con el primer equipo el suyo no acaba de aparecer. El base de 1,96 metros (1995) ya jugó con el Unicaja en LEB en 2013. Lleva un lustro en Málaga. El propio Carlos Jiménez se desplazó este invierno a verle en la Copa Príncipe, donde estuvo con su equipo. Con el Unicaja ha disputado nueve encuentros (5 de ACB y 4 de Euroliga). Y ahora, el club debe decidir qué hace con él y con su futuro. Si mantiene la confianza en él. O no...

El Unicaja tiene una opción para renovarle una temporada más. Debe decidirlo de aquí al 30 de junio. «Mo» es un base de unas cualidades físicas extraordinarias, pero no acaba de romper. Por sus grandes virtudes se le hizo un contrato largo en su día, con cifras que no son bajas. Así que ahora es el club quien tiene la pelota en su tablero. El inglés es un malagueño más, pero su futuro no parece cercano. Al menos, por ahora.