Joan Plaza es un barcelonés y un catalán de pro. Hace gala de ello. Y los atentados en La Rambla de Barcelona le han tocado el corazón. A él le pilló en la moto, en su Harley, camino de Málaga. "Me pilló saliendo, bajaba con la moto y empecé a recibir llamadas, pensaba que eran tonterías. Me di cuenta y no me pude sacar esa imagen hasta que llegué aquí. Por suerte no tenía ningún familiar. La sensación que te queda como barcelonés es brutal. Me siento muy barcelonés y es una putada. Venía pensando en calle Larios? Y hay que pedir que se tomen todas las medidas de precaución. Es algo imprevisible. El mejor favor que podemos hacer es vivir la vida al máximo, por todos y por los que han muerto. Ha sido una puñalada".

Por eso, en homenaje a las víctimas, leyó un fragmento de un poema de García Lorca. Dice así.

"La calle más alegre del mundo, la calle donde viven juntas a la vez las cuatro estaciones del año, la única calle de la tierra que yo desearía que no se acabara nunca, rica en sonidos, abundante de brisas, hermosa de encuentros, antigua de sangre: la Rambla de Barcelona".