Parece que no aprendo. Después de tantos años dedicándome al deporte todavía no he aprendido que los partidos, o los campeonatos, no se ganan antes de jugarlos. Pues me ha vuelto a pasar. Y es que hace unos días, antes de empezar este europeo, ya escribí que España se proclamaría campeona porque en una competición marcada por las ausencias, nuestro juego interior marcaría las diferencias. Una torpeza por mi parte despreciar a otros equipos que tienen buenos jugadores y entrenadores con gran capacidad de analizar a sus rivales y preparar magníficamente un plan de partido que les lleve a vencer al mejor de los equipos.

Y esto fue lo que le pasó a nuestra selección. Se encontró enfrente a Eslovenia con jugadores de altísimo nivel como Dragic, Doncic o Randolph y a un entrenador, el señor Igor Kokoskov, que supo transmitir a sus jugadores cómo atacar nuestra defensa de pick and roll. Pero sin duda lo más importante es el hambre que demostraron por ganarnos, la ambición de no sentirse inferiores y la valentía para tomar tiros lejanos en momentos importantes sabiendo que no basta con tirarlos, que esto consiste en que hay que meterlos.

Cuando estas circunstancias, y otras seguro, se dan en el mismo partido solo hay que felicitar al rival que fue mejor que tú, pasar página y prepararte para la siguiente batalla. Muchos se cebarán en criticar a nuestro equipo y a nuestro entrenador. Un segundo error que no voy a cometer porque, además, no lo siento así. A ese grupo de jugadores capitaneados por Pau, Navarro, San Emeterio y Sergio Rodríguez, no hay que cansarse de darle las gracias. Sí, las gracias por tantas victorias que nos han ofrecido y por tantos buenos ratos que nos han hecho pasar. Y a Sergio Scariolo igual por demostrar que es el entrenador perfecto para este equipo. Una demostración de respeto y admiración es hacerlo ahora, después de una dolorosa derrota porque perder el pasado jueves no puede empañar tantos y tantos éxitos logrados ni esa sensación de sentirse orgullosos de estar representados por ellos. Pero es que creo que no se han acabado los éxitos con ellos, que alguno más vendrá y que detrás hay jugadores con calidad técnica y física para continuar en los puestos top del baloncesto mundial.

Y dicho esto se ha quedado para esta tarde una final que no nos podemos perder. Sin duda será un partido precioso, igualado (eso espero) y con enorme tensión. Por un lado Eslovenia que estará con la moral a tope después de eliminar al gran favorito. Ellos basan su juego en un ataque muy agresivo, haciendo muchos tiros de tres puntos y siendo muy verticales en el uno contra uno y en el pick and roll. Son un equipo muy divertido de ver con sus transiciones rápidas y que gusta analizar porque todo su juego está basado en la técnica individual de sus jugadores referencia. Como ya os dije antes, no podéis perder de vista a Dragic y Doncic (nos queda una temporada más para disfrutarlo en Europa) que son el más claro ejemplo de esto que os cuento, los fundamentos individuales puestos a beneficio del juego ofensivo del equipo.

En frente estará la Serbia de Djordjevic, que ha conseguido recuperar a su selección después de unos años en el limbo y ponerla, bajo su dirección, nuevamente en lo más alto del panorama baloncestístico. Si os digo que faltan Teodosic, Bjelica, Kalinic, Nedovic, Markovic, Raduljica y Jokic (¡siete jugadores!) no podéis creer que vayan a jugar la final del Eurobasket. Pero este entrenador ha conseguido que todos los jóvenes se pongan a su mando manteniendo un enorme respeto seguro que basado en la admiración.

Djordjevic ha conseguido que su selección sea con creces la que mejor funcione como equipo siendo ésta su mejor arma. Defienden como un equipo y atacan igualmente como un equipo aunque liderados por Bogdanovic (¡vaya jugador!). Los serbios son otro equipo muy a analizar por la técnica individual de sus jugadores. ¿Quién ganará? Pues después de meter la pata una vez ya no me atrevo a abrir el pico. Quizás la clave pueda ser el mejor juego interior de los serbios y ver qué defensa de pick and roll plantean para contrarrestar esta situación que tanto usan las estrellas eslovenas. Un partido, sin duda, para disfrutar y analizar.