La Supercopa 2017/18 tampoco vendrá a Málaga. El Unicaja no estuvo a la altura del Valencia y hoy verá la final por televisión. Una desastrosa primera parte condenó al equipo malagueño a ir a rebufo hasta el minuto 40. Tuvo opciones el cuadro verde, a lomos de un Nedovic colosal (23 puntos) y de un infalible Brooks (14 y 6/6 en tiros de dos). Pero llegó ya fundido, sin ideas frescas, y tomó muy malas decisiones en los tres últimos minutos, a los que llegó con 75-75. Mereció Valencia ganar y jugar hoy la final. A pesar de un tapón que se fue al limbo de Augustine y una clara infracción de Sastre, al coger un rebote viniendo de fuera. Dos malas decisiones arbitrales que pudieron cambiar el signo del encuentro. Pero no ha de conformarse con eso el Unicaja. Ha de aprender de los errores y continuar con el trabajo. Porque queda mucho por hacer.

Hay todavía que encajar muchas piezas y ordenar el equipo. Encontrar roles y mecanismos. Realzar a jugadores que estuvieron muy perdidos en el estreno oficial del curso. No es preocupante que McCallum se pareciera más en Las Palmas al Lafayette del pasado curso que al McCallum de pretemporada ni que Gio Shermadini estuviera tan, tan, tan perdido, llegando siempre un segundo más tarde a todos sitios. Seguro que el mosqueo que tiene hoy Joan Plaza con sus hombres es, simplemente, una cuestión de actitud en el arranque de partido.

Un primer cuarto esperpéntico (19 puntos encajados en 4 minutos y 31 al final del acto inicial) que obligó al equipo malagueño a ir a contrarreloj desde ese momento. Una salida a pista muy light, de comienzos de pretemporada y sin ninguna tensión defensiva, machacó las opciones verdes. Al descanso ya había encajado el Unicaja 50 puntos (50-36), con nueve pérdidas, permitiendo un 70% al Valencia en tiros de dos y con un brutal 57-34 en contra en valoración.

Todo eso se soslayó con una fantástica salida a pista tras el descanso. El Unicaja comenzó a sumar cosas en positivo. Supo defender el pick and roll frontal del Valencia Basket. Estuvo mucho más despierto atrás y eso le permitió robar, rebotear, correr y divertirse. Al final se trata de esto. Desde la defensa se construyen sonrisas mucho más duraderas. Y, paso a paso, el Unicaja fue sumando. Augustine puso el 54-56 ya en el tercer cuarto. Pero no fue hasta el minuto 37 cuando el Unicaja empató: 75-75.

Retrocedamos a Augustine. El tipo que peor lo ha pasado en pretemporada fue ayer el que mejor jugó a los dos lados de la pista. 8 puntos, 4 rebotes, 4 asistencias, 3 tapones y 3 balones recuperados. Dio gusto verle jugar (a pesar de su error en el pase al final). Exhibición del americano, sin alardes, demostrando todo lo que puede dar.

En la pintura, eso sí, dejó dudas (nada que el tiempo no cure) Shermadini. El comentario, más por el partido de ayer, viene por lo que ya hemos visto aquí en Málaga. Los «grandes» muy «grandes» como él y los sistemas de Plaza no suelen llevarse bien. Es complicado que esas dos piezas casen bien. Se le vio ayer muy fuera. Y eso le llevó a perder en la batalla con el alemán Tibor Pleiss. Con Shermadini tan apagado, el coach no vio oportuno contar con Viny Okouo. Ni con Musli, que ni siquiera se vistió de corto para la Supercopa. A pesar de que el partido, por momentos, reclamó muelles y músculos dentro. Y si no, les ofrezco una curiosa estadística. El Unicaja, en todo el partido, no hizo ni un solo mate.

Seguro que estas sensaciones cambian de inmediato. Shermadini ha demostrado que es un jugador muy importante cerca del aro. Hay que darle, eso sí, el balón justo en el sitio y en el momento oportunos. Faltó contundencia. Ayer no se le buscó en un solo pick and roll. Quizá también porque su principal socio, Ray McCallum, pagó el lógico peaje del debut en la más alta competición. El base estadounidense estuvo muy lejos del jugón desequilibrante que hemos visto esta pretemporada. Tanto le pesó el debut que incluso ni tiró a canasta. Sólo tres intentos de dos puntos y ni un solo triple lanzado al aro taronja. Muy cortado el base. Lo dicho: nada que no cure el tiempo.

Nedovic y Brooks llevaron al Unicaja hasta ese empate (75-75, a 2:50 del final). «Nedo» se cascó 18 puntos en el segundo tiempo. Una barbaridad. Incluidos cuatro triples. Y Brooks estuvo certero, con un inmaculado 6/6 en tiros de dos. Con lanzamientos de todos los colores. Llegó con vida pero muy cascado el Unicaja. A pesar de eso, con Valencia ganando 78-75, el equipo robó una bola que le puso en un tres contra uno para rebajar la renta, a menos de un minuto ya. Pero un mal pase de Augustine propició que los de Txus Vidorreta mataran el encuentro con un triple de Doornekamp: 81-75. Y ahí se acabó el partido, que acabó con 83-78. Oportunidad perdida para el Unicaja, al que le falta aún un buen trecho para llegar a lo que se espera.