La primera victoria del curso ya está en el bote. Viajó ayer en autobús de Murcia a Málaga, a velocidad de crucero, a eso de la hora del almuerzo, en las manos de Alberto Díaz, a golpe de asistencia, de Nemanja Nedovic, entre rebote y mate de Jeff Brooks y con la consistencia de James Augustine. El Unicaja fue muy superior al UCAM Murcia, de principio a fin. Y conquistó en el debut de la temporada 2017/18 el primero de, ojalá, muchos más triunfos.

No es nunca sencillo ganar fuera de casa. Y el Unicaja lo hizo «fácil» en Murcia, guiado por la vieja guardia. Con la inestimable colaboración de los recién llegados, especialmente Augustine, un par de triples de Salin y con varios robos de Milosavljevic. Pero fueron los «veteranos» los que hicieron realidad el objetivo de comenzar ganando en esta Liga ACB.

Alberto Díaz se echó el equipo a la espalda tras el descanso, cuando el UCAM intentó subirse a las barbas cajistas. Da gusto ver al malagueño a este nivel, otro año más. En la que, a buen seguro, será la temporada de Ray McCallum, el canterano apareció para aportar lo que la ansiedad y las nuevas normas de otro equipo y en otro país impiden hacer al americano. Alberto guió al Unicaja y le dio solidez y un estilo propio, reconocible. Alberto sabe a pies juntillas qué quiere Joan Plaza y qué necesitan sus compañeros en cada momento. Y lo llevó al parqué murciano, en los dos lados de la pista. Tuvo 30 minutos, algo raro con Plaza. Con él en pista, el Unicaja ganó por 15 puntos. Alberto vio aro tras una pretemporada aciaga en anotación y recompuso las notas cuando el Unicaja desafinó.

Nedovic salió del banquillo y saludó al UCAM con un triple. «Nedo» jugó como sabe. Con talento, estética y, además, incorporó a su repertorio asistencias. Y no sólo en penetración y pase. Sino con incluso un alley oop a Milosavljevic, que festejó como si los puntos hubiesen sido suyos. A lomos de «Nedo», el Unicaja se sintió superior. Y, entre rebote y mate de Brooks, el equipo amarró el triunfo. Partido sensacional del americano, que se «pegó» con Soko y Rojas, que lo hizo fácil cuando no se obsesionó en hacer la guerra por su cuenta. Cuando buscó sus tiros. Cuando cortó para aparecer por sorpresa, el UCAM no tuvo recursos para frenarle. Brooks ha comenzado como un cañón y tuvo energía y confianza. Porque Plaza, a pesar de tener hasta a tres pívots -más Musli en Málaga descartado-, volvió a utilizar a Carlos Suárez de «cinco». El capitán está para un roto y para un descosido. Trabaja, suma, apuntala y hace mejores a sus compañeros.

De ese perfil, precisamente, es James Augustine. El americano no ha venido de vacaciones a Málaga, buscando sol, chanclas y sangría tras un lustro en Moscú. Augustine suma sin necesidad de ser protagonista, sin acaparar balón, sin utilizar tiros. 7 puntos, 6 rebotes, 4 asistencias y 2 robos. Ese es Augustine. Un seguro de vida ante el equipo murciano, debilitado con alguna baja, pero muy inferior. El Unicaja demostró que está a otro nivel que el del UCAM Murcia. Mucho más hecho, más sólido y más contundente. Más equipo, mucho más equipo.

Así que las cuatro horas de autobús desde Murcia a Málaga fueron estimulantes. Porque comenzar ganando en la ACB, y a domicilio, era muy importante. El Unicaja tiene además un gran test en este arranque. Salvado el partido de Murcia, los verdes reciben el jueves a Burgos y el domingo visitan al Fuenlabrada. Ponerse con 3-0 en la ACB, antes de comenzar con la locura de la Euroliga y de visitar en Liga al Real Madrid, suena más que bien. En su mano está.

El partido del Unicaja estuvo repleto de oficio y de sentido común. Perdió un montón de balones (15) y no estuvo nada fino cerca del aro en el arranque. Básicamente, porque el Unicaja no buscó a sus pívots. Y porque ya sabemos que los siete pies como Gio Shermadini sufren con la pizarra de Plaza. Pero el equipo superó la presión del UCAM y de su afición.

Lo más importante es que el Unicaja, que había pecado durante la pretemporada y en Supercopa de ser una «madre» en defensa, sólo permitió anotar al UCAM 11 puntos en el primer cuarto, 24 al descanso y 64 a la conclusión. Y 64 puntos significa que has defendido muy bien. El cuadro de Ibon Navarro, mitad por su ansiedad, por sus carencias y por el gran trabajo malagueño atrás, tuvo que ir siempre a contracorriente. Aunque trató de estar siempre ahí.

Le dio facilidades el Unicaja con 35-50, con pérdidas absurdas y una salida descentrada de Viny Okou. Pero con 43-50, a finales del tercer cuarto, con la afición local visionando la remontada, un triple de Alberto Díaz y una canasta de Augustine pusieron al Unicaja de nuevo con 43-55. Salió del atolladero con otro triple de Sasu Salin (3 de 5 desde la línea de tres) y con el «quinteto de la tranquilidad» de Plaza. Plaza puso a los de «siempre», con Alberto y Nedovic por fuera, y Brooks y Suárez por dentro, con el madrileño como «cinco» y Brooks jugando a su antojo.

Ganó el Unicaja (64-74). Y ganó bien. Sin grandes alardes pero sin sufrimiento. Debut y victoria. Un combo maravilloso. El jueves se abre por fin el Carpena. Vendrá el recién ascendido Burgos. La temporada ha arrancado. Esto ya no para. Y la primera está en Málaga.