No corren buenos tiempos para el Unicaja. Todos éramos conscientes antes del arranque de la temporada que se iba a conjugar el verbo perder mucho más que el pasado curso. Es el peaje por jugar la Euroliga. Máxima exigencia, muchos partidos, rivales de grandísimo nivel. Si, antes de comenzar el curso, La Opinión hubiese hecho una encuesta preguntando por las opciones del Unicaja de ganar al Olympiacos en El Pireo, al Real Madrid en la capital de España, al Brose Bamberg en Málaga y al Valencia en La Fuente de San Luis seguro que la mayoría hubiese votado por tres derrotas y una victoria, la del equipo alemán. ¿Por qué entonces los nervios?

Las formas, las sensaciones y el poco nivel mostrado por el Unicaja son los aspectos peligrosos de esta primera «minicrisis» del curso 2017/18. Palmar se puede palmar ante el Olympiacos y el Madrid. Qué digo, eso es lo normal. Subcampeón de Euroliga y excampeón del torneo. ¿Y en Valencia? Pues más de lo mismo. Ellos son los vigentes campeones de la ACB y de la Supercopa, y están en un gran nivel. No entraba en los planes lo del Bamberg. Y dolió.

Y escuece, y mucho, la imagen mostrada por los hombres de Joan Plaza en Madrid y Valencia. Se puede perder, pero no se pueden bajar los brazos, agachar las cabezas y dejar que te pasen por encima. El Unicaja demostró poco espíritu y se dejó ir. Hasta caer ridiculizado en Valencia, donde cosechó la segunda derrota más abultada de 17 años de historia en Euroliga.

El Unicaja preparó ayer desde las 19.00 horas el encuentro de este domingo en el Martín Carpena ante el Estudiantes (18.30 horas), en un día muy duro para toda la familia del Unicaja, una jornada para la reflexión tras lo ocurrido en La Fonteta. El equipo no dio la talla, estuvo desaparecido y no mostró ni orgullo ni baloncesto.

Joan Plaza no quiso entrenar justo a la vuelta del equipo, sino que prefirió que sus jugadores se marcharan a casa y los citó a las 19.00 horas, para comenzar a preparar el partido de este domingo contra el Movistar Estudiantes. Los malagueños tienen que ganar sí o sí y no pueden dejar escapar esta opción que les da la ACB para olvidar sus penas y comportarse como un verdadero equipo.

Tanto Nemanja Nedovic como James Augustine, que fueron baja en Valencia, deben estar hoy listos par jugar. El escolta serbio sufrió un golpe en la rodilla, que le causó inflamación y sobrecarga. Se prefirió darle descanso. Augustine atravesaba un leve proceso gripal. Ambos han demostrado ser jugadores muy importantes para el equipo. Son, de hecho, los que más en forma están. «Nedo», en el perímetro. Y Augustine, en la pintura.

El Estudiantes ya pescó

El equipo malagueño debe estar preparado porque hoy viene a Málaga un rival que ya sabe lo que es pescar en el Martín Carpena. De hecho, ya fue capaz de vencer aquí en Málaga el pasado curso. En una situación similar a ésta, el Movistar Estudiantes aprovechó en su última visita que el Unicaja estaba inmerso en plena recta final de la Eurocup, tras derrotar al Lokomotiv en semifinales y arrancar la final contra Valencia, en plena catarata de partidos, para ganar por 66-78. Un espectacular Edwin Jackson, con 27 puntos, dejó al Unicaja sin triunfo. El club perdió a Jackson y captó a Sylven Landesberg, ex del Maccabi Tel Aviv. Este Estudiantes trata de seguir esa estela. El equipo colegial viene de perder en Estrasburgo en competición continental, aunque aún guarda en su recuerdo la gran victoria ante el Barcelona en la matinal del domingo pasado y vestidos de rosa, camiseta que volverán a lucir en Málaga, apoyando la lucha contra el cáncer de mama.

Los madrileños están en fase de crecimiento, pero siguen teniendo problemas en defensa y en rebote, aunque a su entrenador, Salva Maldonado (cuñado de Plaza) le preocupa más el asunto de las posesiones. El Estudiantes estará al acecho. Pendiente de que los nervios cundan en el Carpena. El Unicaja no puede permitirse otra derrota.