El Unicaja se juega este mediodía del domingo en Andorra mucho más que una simple victoria de un partido más de la Fase Regular de la Liga Endesa. Los verdes tienen por delante 40 minutos en los que solo les vale ganar. Cualquier otra cosa será alargar la actual crisis de resultados, alimentar el run-run del entorno del equipo y, lo que es peor, comprometer seriamente las opciones cajistas de estar el próximo mes de febrero en la Fase Final de la Copa del Rey de Gran Canaria 2018.

La «final» llega demasiado pronto. Pero esto es lo que hay. El Unicaja se lo ha buscado con sus últimas derrotas. Con 9 jornadas por delante hasta el corte copero (contando esta cita en la pista del MoraBanc), las matemáticas dicen que hay que ganar 6 partidos más. Y de caer en el Principado, las cuentas van a ponerse casi imposibles. La verdad es que es mejor ni pensarlo.

El equipo verde no volvió de Madrid tras la debacle del jueves en la Euroliga. La plantilla ha cerrado filas estos dos días para tratar de recuperar la autoestima perdida. Esta situación solo se soluciona con trabajo y con victorias. Y estamos ante el día indicado para trabajar y para ganar.

El reto es peliagudo. El Morabanc es un rival muy fiable cuando juega en su ambiente. La pasada temporada su pabellón fue un fortín todo el curso. Ahora no están a ese nivel, pero sigue siendo una cancha muy incómoda. Ganar exigirá un sobreesfuerzo grande que el Unicaja está capacitado para hacer y debe demostrarlo.

Los resultados anteriores, desde luego, no invitan a mucho optimismo. El equipo acumula tres derrotas seguidas en los últimos 7 días. Y lo que es peor, no gana fuera del Carpena en Liga desde la jornada 1, cuando asaltó la pista del UCAM de Murcia. Desde ese día, cada viaje ha terminado en derrota. Un panorama lúgubre para un equipo «presuntamente» aspirante a todo.

Plaza no ha podido recuperar para la finalísima andorrana a Nemanja Nedovic, lesionado el domingo pasado en el hombro. Tras perderse las dos citas de Euroliga de esta semana, el escolta no ha mejorado lo suficiente como para pensar que esté en condiciones de jugar. El serbio apuró sus opciones para poder ayudar, pero finalmente no ha llegado a tiempo.

Dominar el rebote, minimizar el apartado de balones perdidos y tener paciencia en ataque, para que los porcentajes de acierto sean mejores que en los últimos partidos, deben ser tres de las claves que permitan al Unicaja sumar en Andorra un triunfo que sería balsámico en este tramo de temporada de dudas e incertidumbre.

No hay excusas que valgan. El Unicaja está obligado a dar un paso al frente para demostrar que es uno de los «grandes» de la Liga. La cita es a las 12:30 horas en el siempre incómodo Poliesportiu d'Andorra. Hay que ganar sí o sí. La Copa no espera por nadie. Y estar en Las Palmas no es una opción, es una obligación.