Parecía la noche perfecta para asaltar el OAKA, lograr una victoria de muchos quilates, insuflarte de moral, olvidar las penas y encontrar motivos para la esperanza, para seguir soñando con esta Euroliga tan apasionante, pero tan puñetera. Y lo tuvo el Unicaja muy cerca. Firmó un partido soberbio durante 32 minutos. Mantuvo a ralla al Panathinaikos, a un señor equipo. Logró minimizar los daños del PAO, a pesar de la exhibición de Calathes (gran movimiento de Plaza situando sobre él a Milosavljevic) y los brincos de James Gist. Llegó con fuerzas y con vida. Estaba vivito y coleando. De cuarto a cuarto, pasando por el descanso (32-35) y llegando al último parcial con igualdad: 54-54.

Fue un equipo ejemplar durante 32 minutos. Con un gran trabajo defensivo y mejorando sus registro en ataque (algo sencillo) de la mano de Milosavljevic y Suárez. Los dos estuvieron impresionantes y, a ratos, se incorporaron Nedovic y Augustine.

El Unicaja se vino arriba, con un tres más uno de Suárez: 57-58. El Unicaja, es más, tuvo la oportunidad de poner tierra de por medio, pero equivocó tres ataques consecutivos. Un saque de banda ilegal de Milosavljevic, un mal pase de Alberto a la carrera de Musli y otro pase mal metido dentro. Tres ataques para marcar distancias, antes de que Gabriel y Suárez se engancharan y se ganaran una técnica. Y ojo porque aquí estuvo el principio del fin del Unicaja en el OAKA.

Suárez frenó un contragolpe de Calathes y el trío arbitral le señaló falta personal, sin más. En cualquier otro partido, eso era antideportiva. El «capi» paró la contra con pocas o ninguna opción de disputar la bola. Pero sólo se ganó una falta «rasa». Gabriel vino a buscarle las cosquillas y el de Aranjuez le dijo que ni Gabriel ni 2o como él. Doble técnica.

El tema es que, acto seguido, con 60-58 en contra y a 7:09 del final, el pique entre ambos llevó a Gabriel a robarle una bola a Suárez. Que era el mejor del Unicaja. De largo. Era el alma del equipo. Él quería ganar sí o sí. Por mucho OAKA, por mucho Panathinaikos y por mucha historia que hubiera en contra del equipo malagueño. El ala-pívot del PAO anduvo rápido de manos y amenazó con la galopada. El «Chimpa» le puso una mano por delante. Sólo eso. Suficiente para algunos árbitros con la nueva normativa.

Pero el OAKA aprieta,No tuvo ni paciencia ni saber estar

Lo intentaron McCallum (siempre aparece sólo en el último cuarto) y NedovicY ya es colista de la Euroliga