­Sarna con gusto no pica. Y los Unicaja-Valencia van camino ya de ser partidos con historia. Y no sólo ya dentro de la la Liga Endesa. La final de la Eurocup aún está latente en el recuerdo. Especialmente, en la del aficionado del Unicaja. Y el duelo también se repite, ahora, en la Euroliga. Menos de 48 horas después de medirse en el Martín Carpena, en un partido de infarto, dominado por el Unicaja y en el que la presión por sus necesidades coperas no le impidió sacar adelante el triunfo, Unicaja y Valencia Basket vuelven a verse las caras en Málaga (20.45 horas). Hoy, en la Euroliga.

¿Qué partido veremos esta noche? ¿Será similar al del martes? ¿Habrá conejos en las chisteras de Joan Plaza y Txus Vidorreta? La pregunta tiene múltiples variables. Porque, aunque sin apenas descanso vuelvan a verse los dos mismos equipos, con los mismos jugadores, el mismo escenario y los mismos entrenadores, esto es baloncesto. El Unicaja y el Valencia se conocen bien. Demasiado bien ya. Se han visto este curso 2017/18 en Supercopa, Liga Endesa y Euroliga. Una victoria toronja en la cita «supercopera» de Las Palmas (83-78), una «superpaliza» en la Euroliga en la Fuente de San Luis (91-63) y la victoria malagueña del martes: 74-67.

El Unicaja estuvo mejor que el Valencia Basket en la cita de la ACB de hace apenas unas horas. Fue un partido de máxima tensión en el que el cuadro de Joan Plaza pudo romper el partido hasta en dos ocasiones. Pero la calidad del rival y los propios nervios de los malagueños provocaron que el duelo llegara igualadísimo a la recta final. Tanto, que se decantó por detalles. Una «bomba» a medio campo de Nemanja Nedovic, un triple que repelió el aro de Rafa Martínez y que pudo haber empatado el choque a menos de 30 segundos€

En el cómputo global del encuentro, el Unicaja fue mejor. Dominó el rebote de forma abrumadora y aplastante (42-25) y compensó así su desacierto exterior: 6/22 (27,3%) en el triple. Tirar tan mal desde el perímetro pero controlar el rebote le dio dobles y hasta triples opciones en ataque. El Unicaja fue, de nuevo, muy agresivo de cara al aro.

Se agradece ver penetrar a McCallum, a Nedovic, a Alberto, a Carlos Suárez€ ¡Y repartir 22 asistencias! Especialmente, al americano. A Ray se le fichó para que mandara, tomara decisiones y tuviera, incluso, un puntito de «locura» controlada. No es lógico que saliera de Bilbao en la derrota del pasado sábado tirando sólo dos veces a canasta: una de dos y otra de tres. Sus 11 puntos ante Valencia (2/2 en triples), 6 rebotes y 4 asistencias son toda una bendición. Ahora ha de darle continuidad. En eso, claro, contó también las debilidades taronjas. Vidorreta sólo tiene a un base sano, el belga Van Rossom. Tuvo que apañárselas haciendo subir el balón a Green, Abalde o Rafa Martínez. Y ahí debe sacar tajada el Unicaja. Asfixiar al belga con Alberto o hasta Morayo Soluade. Y atacarle luego en defensa para castigarle y mermar la creatividad de los valencianos.

Se agradece también el gran momento que atraviesan los dos pívots verdes: Augustine y Shermadini. Cada uno, en lo que sabe hacer, aportaron muchísimo. Y dejaron en un segundo plano uno de los puntos fuertes del Valencia, que con Dubljevic y Pleiss tienen mucha madera dentro, más la aportación como «cuatro y medio» de Will Thomas, ex del Unicaja. Ojo hoy a «Dubi».

También jugó su partido el «factor Carpena». Hubo un gran ambiente, a pesar de que las estadísticas oficiales reflejan que no se llegó a los 8.000 asientos ocupados. La sensación fue la de las noches bonitas, con un apoyo constante, animando siempre y transmitiendo pasión a los jugadores cuando faltaba gasolina. Hoy volverá a faltar combustible, porque el calendario es brutal. Pero en esas reservas sale perdiendo Valencia, muy mermado en las rotaciones y con muchas bajas. Plaza, según explicó él mismo, tampoco tendrá a Dragan Milosavljevic, con una rotura muscular en el psoas. Una ausencia importante, pero que pasó a un segundo plano el martes por el gran momento de Waczynski y la actividad y acierto que mostró Dani Díez.

La victoria en la Liga Endesa era realmente imprescindible porque la Copa del Rey ya no esperaba a nadie, y con el triunfo el Unicaja dio un salto hasta la octava posición liguera. Ahora, lo que está en juego es bordear ese soñado Top 8 de la Euroliga. Es prestigio. Caché. Saberte digno de estar en este club de elegidos. Y eso es muy goloso y medirá la ambición de unos y otros.

Ahora el necesitado es el Valencia Basket, que tiene un bagaje de 4-11 en Europa, y empata con el trío de colistas. El Unicaja, sin embargo, vive con un récord de 7-8, con magníficas sensaciones y siendo consciente hoy de que puede hundir, definitivamente, a un rival directísimo.